Existen caricaturas infantiles que rompen todo tipo de fronteras, y que se vuelven populares alrededor de todo el mundo. Del mismo modo, hay programas para niños que gozan de tanto éxito, que incluso hasta terminan conquistando al público adulto. Tal es el caso de Bluey, una serie infantil australiana que se ha ganado los corazones de chicos y grandes, sin importar su país de origen.
Constando de 3 temporadas (de 52 episodios cada una), la serie sigue a Bluey, una cachorra de pastor australiano que se caracteriza por su abundancia de energía, imaginación y curiosidad por el mundo. Ella vive con su padre Bandit, su madre Chilli, y su hermana menor Bingo, con quien comparte aventuras en mundos imaginarios. Los demás personajes que aparecen representan a diversas razas de perros. Los temas generales del programa son la familia, el crecimiento y la cultura australiana.
La transmisión del episodio final de la tercera (y hasta ahora última) temporada de Bluey, llamó tanto la atención del público, que terminó atrayendo a nada más y nada menos que dos millones de espectadores, siendo, además, uno de los diez programas más populares en streaming, en Estados Unidos, en 2021.
Detrás del éxito de Bluey, hay dos grandes cadenas que se han encargado de difundir el divertido y educativo show animado a lo largo y ancho del planeta: BBC y Disney Plus. Mientras que Disney es quien se encarga de lanzar Bluey a nivel internacional, por medio de su plataforma de streaming, BBC Studios es la responsable de dirigir la distribución global, además de ser la dueña absoluta de los derechos comerciales de la serie.
Y, a todo esto, ¿cómo fue que surgió Bluey? Pues resulta que a principios de la década de los 2000, Joe Brumm, creador de la caricatura, trabajaba como animador de Peppa Pig. Fascinado con el concepto de la serie de la simpática cerdita, en 2009, de vuelta en su natal Australia, tuvo la idea de crear a la “Peppa Pig australiana”. Así, Joe se puso manos a la obra, y después de años de trabajo y desarrollo, en 2016 presentó su idea a la BBC, quienes compraron los derechos de distribución, para después, en 2020, lograr un acuerdo de expansión mundial con Disney. De ahí en adelante, el resto fue historia.
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