¿En qué piensas cuando oyes a alguien hacer mención de El padrino? Seguramente lo primero que te viene a la mente es la icónica imagen de Marlon Brando sentado detrás de su escritorio, con su icónica quijada pronunciada, acariciando a un gato sobre sus piernas. Sea del agrado del público, o no, es un hecho innegable que Marlon Brando es una de las más grandes estrellas del cine hollywoodense.
Con una trayectoria de más de 50 años, Marlon es una leyenda absoluta. Mundialmente conocido por su gran talento frente a la cámara, Brando también es famoso por tener un comportamiento de diva en los sets de filmación, exigiendo cosas absurdas y ridículas, además de tener un comportamiento un tanto desafortunado con sus compañeros.
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Para enfatizar en esta deshonrosa parte de la carrera de Brando, existe una anécdota, proporcionada por Paul Schrader, quien fue el guionista de grandes películas dirigidas por Martin Scorsese, como lo fueron Taxi Driver, Raging Bull y The Last Temptation of Christ. En dicha historia, acontecida en algún punto de la década de los 80s, Warner Bros. planeaba llevar a cabo una nueva versión del clásico de ciencia ficción, El hombre invisible.
Brando, interesado en el papel principal, pensó que se trataría de un trabajo fácil, en el que sólo tendría que ir un día para ponerse vendas por la mañana y quitárselas por la tarde, para después regresar al día siguiente, sólo a hacer grabaciones de voz. Por estos dos días de trabajo, Marlon pretendía llevarse la módica cantidad de 2 millones de dólares.
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El actor oriundo de Nebraska se notaba muy confiado con su plan, y no tenía duda de que Warner accedería a su petición. A final de cuentas, en 1978 el mismo estudio ya había accedido a un acuerdo similar con el actor, cuando se embolsó 3.7 millones de dólares, por haber estado únicamente once días en el rodaje de Superman, dirigida por Richard Donner. En dicha filmación, Brando ni siquiera se esforzó en aprenderse sus diálogos, pues todo el tiempo los estuvo leyendo directo del guion.
Al final, todo este peculiar plan no llegó a nada, y el proyecto en el que Marlon Brando quería participar nunca llegó a hacerse realidad, convirtiéndose más adelante en Memorias de un hombre invisible, dirigida por John Carpenter y estrenada en 1992. El filme contó con las actuaciones de Chevy Chase, Daryl Hanna y Sam Neill, y fue nominado a los Premios Saturn, en múltiples categorías.
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