Dev Patel no se lo ha puesto fácil con su debut como director en Monkey Man. La película, que dirige y protagoniza, se basa en una idea original con algunos referentes de la mitología hinduísta para sumergir al protagonista, Kid, en un mundo brutal y frenético de acción casi ininterrumpida, mientras emprende una odisea de venganza contra los poderes corruptos que destruyeron su infancia.
Dada la intensidad del trabajo de acrobacias y la coreografía de las peleas, es el tipo de proyecto que supondría un desafío inmenso tanto para un actor como para un director, y mucho más para alguien que asume ambas funciones en su debut como cineasta.
Actor y director: Dev Patel se enfrenta a un reto doble en ‘Monkey Man’
En una entrevista con el podcast Inside Total Film y GamesRadar+, el también actor de Hotel Mumbai: El atentado y El caballero verde lo atribuye en broma a una “tendencia masoquista” de su parte, impulsado por su deseo de buscar nuevos desafíos.
La franquicia de John Wick, encabezada por Keanu Reeves, ha sido un punto de comparación frecuente, y es fácil entenderlo a un nivel superficial, dado que se trata de un héroe elegantemente vestido que imparte justicia violenta contra un ejército de adversarios, en busca de venganza por algo que le fue arrebatado. Sin embargo, las principales inspiraciones de Patel provienen de otra región geográfica.
“La comparación principal en este momento es con John Wick, y soy un gran admirador de Chad Stahelski, tanto como individuo como cineasta, y de la franquicia en general”, dice Patel. “Pero, ya sabes, los verdaderos pioneros, los hombres enigmáticos vestidos con trajes que ejecutan esa increíble acción, fueron los autores coreanos. Desde I Saw The Devil hasta A Bittersweet Life”.
Para Patel, la influencia de estos filmes coreanos es fundamental en Monkey Man, en particular Oldboy, la obra maestra de Park Chan-wook. Estos directores no solo redefinieron el género de acción con su estilo visual único y narrativas intensas, sino que también lograron captar la complejidad emocional de sus personajes de una manera que resuena profundamente con el público.
“Estos filmes no solo se centran en la acción”, explica Patel, “sino también en los conflictos internos de sus protagonistas, lo que añade una capa de profundidad que va más allá de la simple violencia”. Es por ello que Patel busca emular esta combinación de acción estilizada y narrativa emocional en su propia película.
“Quería que Monkey Man no solo fuera una montaña rusa de adrenalina, sino también una historia que explore temas de justicia, redención y la lucha interna del personaje principal”, añade. “Al igual que los personajes en las películas coreanas que tanto admiro, quería que Kid fuera un personaje multifacético, alguien con quien el público pudiera empatizar y cuyas motivaciones fueran claras y poderosas”, concluye el actor de Quisiera ser millonario y Chappie.
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