Psicosis, de Alfred Hitchcock, marcó un momento decisivo en el cine estadounidense cuando se estrenó en 1960, estableciendo un precedente para la representación de la violencia. Hay una tensión palpable en la película que ha servido como modelo para los thrillers de terror, donde la violencia es repentina, y la examinación de mentes como la de Norman Bates (Anthony Perkins) se presenta de manera visceral y compleja.
Aunque Psicosis está diseñada para mantenernos al borde de nuestros asientos, ya que Hitchcock utiliza su maestría en el suspenso para sostener esa sensación a lo largo de la película, la escena de la ducha sigue siendo considerada una de las más impactantes, donde un personaje muere en el momento menos esperado.
‘Psicosis’ y Janet Leigh: Cómo una escena icónica cambió el suspenso para siempre
Janet Leigh protagoniza la película como Marion Crane, una mujer en fuga que se refugia en el motel Bates cuando sus planes de encontrarse con su amante Sam (John Gavin) se frustran al quedar atrapada en una tormenta. La principal preocupación de Marion es llegar a Sam porque ha robado 40 mil dólares en efectivo de su empleador para ayudarlo a saldar sus deudas, lo que la mantiene en constante alerta por temor a ser atrapada.
Tras un tumulto interno, Marion acepta la realidad de sus acciones mientras se hospeda en el motel y decide hacer lo correcto: reconoce su acto moralmente dudoso de robo y resuelve regresar a casa y devolver el dinero una vez que pase la tormenta. Sin embargo, para su horror (y el nuestro), es brutalmente apuñalada en la ducha, con el tema musical de Bernard Herrmann acentuando cada puñalada.
Una de las razones por las que la muerte de Marion resulta tan inquietante es que desafía por completo las expectativas. La película comienza con Leigh, y la seguimos de cerca mientras estamos al tanto de sus luchas morales y su decisión de hacer lo correcto, por lo que su muerte prematura parece repentina e impactante.
Hitchcock captura la violencia íntima e incómoda de la escena con primeros planos y cortes rápidos, con el cuchillo hundiéndose repetidamente mientras una Marion aterrorizada y vulnerable grita de horror. Incluso después de la muerte de Marion, la intensidad de lo que ocurrió permanece con nosotros incluso después de que la atención se centra en Bates y su paisaje emocional.
En su entrevista con Ed Gross, Leigh se refirió a la naturaleza "poco convencional" del papel, donde a una mujer que lucha con su moralidad se le priva de la oportunidad de empezar de nuevo, mientras la ducha, una "limpieza" simbólica, es interrumpida por un acto de violencia que le llevó a la muerte. El recuerdo asociado con el rodaje de la escena permaneció en Leigh y le infundió miedo a las duchas.
“Cuando estoy en un lugar donde sólo puedo bañarme, me aseguro de que las puertas y ventanas de la casa estén cerradas. Pero en otros momentos dejo la puerta del baño abierta y la cortina de la ducha abierta. Siempre estoy mirando hacia la puerta, mirando, sin importar dónde esté el cabezal de la ducha”, confesó la actriz.
Como si este trauma persistente no fuera suficiente, Leigh también tuvo que lidiar con algunas inquietantes cartas de fans después del estreno de Psicosis, con personas amenazándola con la misma violencia que Marion había experimentado en la película. “Afortunadamente, nunca pasó nada”, afirmó Leigh en la entrevista de 1984.
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