Zack Snyder, una figura polarizante en el mundo del entretenimiento, genera tanto fervor como desdén con sus películas. Su más reciente obra, Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas, dejó a muchos fanáticos de la ciencia ficción con un sabor amargo. Aunque el director de La Liga de la Justicia cuenta con una base de fanáticos leales, la mayoría se pregunta por qué toma las decisiones que toma.
Zack Snyder no está haciendo nuevos fans con ‘Rebel Moon’
La segunda entrega de su saga, disponible en Netflix, se presenta como una obra original, pero en realidad es un pastiche de elementos tomados de obras más reconocidas del género de la ciencia ficción. Desde Star Wars hasta The Matrix, Snyder parece más interesado en emular que en innovar. Además, su falta de comprensión de los matices y las sutilezas de las películas que intenta imitar se refleja en decisiones de dirección y desarrollo de la trama que carecen de coherencia y profundidad.
Otro aspecto que ha generado descontento entre los aficionados de la ciencia ficción es el estilo distintivo de Snyder, caracterizado por escenas de acción en cámara lenta, connotaciones sexuales abiertas y un enfoque excesivamente estilizado. Aunque algunos pueden apreciar su estética única, para muchos resulta excesiva y una distracción constante, oscureciendo la acción y dificultando la conexión emocional con los personajes.
Tanto Rebel Moon 2 como Parte uno: La niña de fuego no sólo desaprovechan a Anthony Hopkins, sino que también subutilizan su talento, relegándolo a un papel menor que no está a la altura de su estatus como leyenda de la actuación. Aunque Hopkins presta su voz y su narración a la película, su presencia se siente desaprovechada y su personaje carece de la profundidad y el impacto que cabría esperar.
La construcción del equipo en la saga también es criticada por su falta de desarrollo narrativo. Aunque Snyder toma tiempo para reunir a un elenco impresionante, incluyendo a Sofia Boutella, Charlie Hunnam y Ed Skrein, falla en brindarles una narrativa convincente y una historia personal significativa. La falta de exposición y desarrollo de personajes deja a los espectadores preguntándose por qué estos personajes están siendo incorporados al grupo, lo que resulta en una conexión emocional deficiente con la trama.
Además, la secuela se ve afectada por un enfoque narrativo desequilibrado y escenas que no encajan con la temática de acción y ciencia ficción de la película. Las escenas prolongadas de cultivo de cereales parecen fuera de lugar en un contexto que debería estar lleno de acción y emoción, lo que sugiere una falta de cohesión en la visión creativa del director de 300 y Watchmen y una desconexión con las expectativas del público.
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