Nicolas Cage ha protagonizado en silencio un resurgimiento de su carrera en los últimos años. Comenzando con su aclamada actuación en Pig, y pasando por la violenta Mandy y el terror cósmico de The Color Out of Space, Cage ha vuelto a ganarse el favor del público cinéfilo, recordándoles a todos que siempre fue uno de los mejores actores de su generación y no solo una figura icónica de la cultura irónica de Internet.
Mientras que una de las películas de este renacer de Cage, El peso del talento, lo muestra interpretándose a sí mismo y entablando un diálogo directo con su filmografía, ninguna película ha observado el fenómeno Cage tan curiosamente como El hombre de los sueños. Esta película, a partir de su reflexión sobre el subconsciente, cuestiona el impacto tóxico de la cultura de los memes.
‘El hombre de los sueños’ de Nicolas Cage: Cuando la cultura de los memes se encuentra con el cine
El hombre de los sueños, del director noruego Kristoffer Borgli, presenta una premisa intrigante y surrealista: ¿Qué sucedería si todo el mundo soñara con el mismo hombre simultáneamente? Este concepto, inspirado en las teorías del psicólogo Carl Jung y que comenzó como un meme en internet (conocido como “This Man (Ever Dream This Man)” desde 2009), se materializa en la figura de Paul Matthews, un desaliñado profesor de biología interpretado por Nicolas Cage.
Paul, inicialmente un personaje humilde pero arrogante, se encuentra de repente en el centro de la atención mundial, disfrutando de una fama inesperada que pronto se convierte en una pesadilla cuando los sueños colectivos toman un giro oscuro y violento.
La película, que ya puedes disfrutar en Cinépolis y Cinemex, es una mezcla entre una fábula metafísica sobre los peligros del reconocimiento y una comedia que explora los absurdos horrores de la vida social. Borgli utiliza la trama para examinar temas recurrentes en su obra, como la obsesión por la fama y la construcción de la identidad en la era moderna.
Esto se ve reflejado en sus trabajos anteriores, incluyendo Enferma de mí, que narra la historia de una joven que busca desesperadamente atención a través de una enfermedad, y DRIB, un híbrido de documental y ficción sobre un influencer convertido en el rostro de una bebida energética.
Borgli, quien se ha establecido como un satírico cultural con un enfoque en la autenticidad y la exploración de personajes impulsados por su ego, no busca glorificar ni demonizar a sus personajes. En cambio, presenta sus más profundos deseos y compulsiones, llevándolos al extremo para ofrecer una crítica de las acciones que las personas pueden tomar para satisfacer sus necesidades de atención y reconocimiento.
Inspirado por cineastas como David Lynch y con un estilo que recuerda al de Spike Jonze, Borgli crea, en El hombre de los sueños, un universo que combina el humor con un profundo anhelo emocional. Nicolas Cage, con una actuación destacada, aporta una patética vulnerabilidad a su personaje, haciendo eco de su aclamada actuación en El ladrón de orquídeas. Este enfoque permite a Borgli tejer un relato que es a la vez entretenido y profundamente humano.
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