El pasado 5 de mayo se dio a conocer la triste noticia sobre el fallecimiento de Bernard Hill, a los 79 años de edad. El actor británico dejó un gran legado fílmico, siendo parte de tres de las películas más exitosas y galardonadas de todos los tiempos: El Señor de los Anillos: Las dos torres, El Señor de los Anillos: El retorno del rey, y por supuesto, Titanic.
Es justo en esta última cinta en la que Bernard tuvo la oportunidad de trabajar al lado de James Cameron, dando vida a Edward John Smith, quien fungió como capitán del Titanic, en su primer y único viaje, acontecido el 15 de abril de 1912.
Durante el rodaje de la icónica cinta, Hill no sólo nos entregó una intensa y conmovedora actuación, sino que también le brindó una lección invaluable al mismísimo James Cameron. “Bernard Hill fue un excelente Capitán Smith. Siempre fue un actor interesante con quien trabajar", comentó el cineasta canadiense.
En el momento en el que se filmó la secuencia clímax del filme, Cameron buscaba en Hill una actuación explosiva, en la que toda su frustración y tristeza salieran a flote. A diferencia de ello, terminó recibiendo todo lo contrario del actor. Y, sin darse cuenta, se trató de lo mejor que pudo haber pasado.
"Siempre tuve la impresión de que no estaba haciendo lo suficiente. Y fue mientras miraba la escena que me di cuenta de hasta qué punto todo estaba ahí, sólo en sus ojos. Seguí pidiéndole más tomas, tratando de presionarlo para que tuviera una reacción más fuerte, pero luego me di cuenta de que tomó la decisión correcta".
Bernard Hill, sin decir una sola palabra y sin tener que exagerar ninguna reacción, transmitió con su mirada todo lo que se necesitaba; un sentimiento de desesperanza y aceptación, que no se pudo haber logrado de otra manera. De esta forma, no sólo se consiguió un momento tan memorable en la historia del cine, sino que, también James Cameron aprendió una invaluable lección como director: a veces menos es más.