Si bien en la década del 2000 no faltaron películas extremas del subgénero “torture porn”, como Saw: Juego macabro de James Wan, Hostal de Eli Roth y Martyrs de Pascal Laugier, The Girl Next Door es reconocida por el nivel excepcional de crueldad que retrata y lo difícil que resulta verla, desafiando a todas las audiencias.
A través de la historia de una joven y su despiadada tía, el filme revela los horrores del abuso físico y emocional, así como la violencia sexual, de una manera que deja una marca indeleble en la mente del espectador. Lo que distingue a la película dirigida por Gregory Wilson de sus contemporáneas es su arraigo en la realidad.
‘The Girl Next Door’: Una mirada al horror visceral y la crueldad humana
Inspirada en una novela de Jack Ketchum, que a su vez se basó en el caso real de Sylvia Likens y Gertrude Baniszewski, la película no se adentra en el territorio de lo ficticio o lo exagerado, sino que presenta una versión cruda y directa de los terribles eventos que ocurrieron en la vida real.
The Girl Next Door se centra en Meg Loughlin (Blythe Auffarth), una adolescente que es enviada, junto con su hermana menor, a vivir con su tía Ruth (Blanche Baker) después de que sus padres mueren en un accidente automovilístico. Desafortunadamente, Ruth es una psicópata sádica que comienza a abusar, luego torturar a Meg y también a agredir sexualmente a la hermana de Meg, Susan.
Al igual que El conjuro, Psicosis y otros horrores inspirados en historias reales, The Girl Next Door es, a nivel objetivo, una excelente película de terror. Está bien escrita, bien actuada, bien filmada, tiene un buen diseño de producción de época y es legítimamente aterradora; todas estas cualidades que fascinaron al maestro del terror, Stephen King, autor de El resplandor, Carrie y Misery.
Si bien la violencia es impactante, si fuera completamente ficticia, sería más fácil lidiar con ella. Pero saber que esta trágica y desgarradora historia real le sucedió a una persona real es emocionalmente demoledor y devastador, y hace que ver la película sea una prueba de resistencia.
En particular, si bien la película The Girl Next Door ya es extremadamente inquietante incluso para los espectadores de terror más veteranos, el libro es en realidad más gráfico que la adaptación cinematográfica. Aunque los personajes y las historias son, por supuesto, similares, el libro es comparativamente mucho más espantoso y descriptivo cuando se trata de ciertas escenas clave.