Como si se tratara de la lucha entre el Leteo (pérdida de la memoria) y el Eunoe (la buena memoria) –planteada por Dante Alighieri en su Divina comedia–, Coco, la formidable película de Pixar y Disney estrenada en 2017, recupera las fricciones y tensiones entre el olvido y el recuerdo. Y aunque uno de los personajes (la fiel mascota de Miguel) es un breve guiño al poeta italiano, los guionistas y directores Lee Unkrich y Adrian Molina no se plantearon reinterpretar a uno de los pilares de la literatura occidental.
‘Coco’: Un viaje visual a través de la rica tradición del Día de los Muertos
El filme animado, que podrás disfrutar en la programación de televisión abierta este sábado 4 de mayo a las 6:45 pm por Canal 7, se centra en una de las celebraciones tradicionales mexicanas que tiene sus orígenes en las antiguas civilizaciones de Mesoamérica: el Día de los Muertos. La representación de “el más allá” es una imponente, brillante y digna metrópoli (confeccionada por el diseñador de producción Harley Jessup) que amalgama una serie de referentes propios de México.
El despliegue arquitectónico vertical alude a las calles del centro de Guanajuato; los caminos repletos de pétalos de cempasúchil y velas que conectan los cementerios con las casas recuerdan los ritos de Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Janitzio y otras zonas de Michoacán; las ofrendas coloridas y simétricas, así como la presencia de alebrijes son un homenaje a Oaxaca; el mármol y la herrería de los interiores de los edificios rinden tributo al Palacio Postal del Centro Histórico de la capital del país.
Además de los fastuosos y coloridos espacios arquitectónicos, el impecable trabajo de animación se ve reflejado en los diferentes juegos de texturas, desde la grisácea y lisa piel del xoloitzcuintle hasta las arrugas de la tierna anciana que le da el título a la película. Aunque los realizadores caen en uno de los rasgos principales de la posmodernidad, el apropiacionismo (al retomar las tradiciones de una cultura ajena), Unkrich y su equipo evitan el reduccionismo demostrando una comprensión esencial de la tradición mexicana.
También, de manera oportuna, la película rinde tributo a figuras icónicas de la cultura mexicana. Entre ellos se encuentran el legendario luchador enmascarado conocido como El Santo y la influyente pintora Frida Kahlo. También se incluyen referencias a Cantinflas, Pedro Infante y José Guadalupe Posada, cuyas imágenes inmortalizaron la emblemática figura de La Catrina, símbolo de la celebración del Día de los Muertos.
Aunque el filme abusa de los gags físicos un tanto ingenuos e infantiles (casi todos vinculados a la facilidad con la que los muertos manipulan o pierden sus propios huesos), Coco es una película sobre la celebración de la familia, la importancia de los recuerdos y la conexión a través de las generaciones. El hecho de que el protagonista, el niño entusiasta Miguel (voz de Luis Ángel Gómez), se cuestione sus orígenes, cuál es su lugar dentro de su familia y los vínculos que se crean a partir del simple acto de recordar, responden a una necesidad humana universal.