La participación forzada de Keanu Reeves en una historia de Joe Charbanic marcó un hecho peculiar en la carrera de este famoso actor, ya que si bien Reeves es conocido por su papel en películas exitosas como Matrix y John Wick, en el año 2000 protagonizó lo que él mismo considera "la peor película de toda su carrera".
La historia detrás de su participación en esta cinta es casi cómica debido a que el actor afirma que fue engañado para protagonizarla después de que un amigo falsificara su firma en el contrato.
Durante una entrevista con Calgary Sun, Reeves explicó que no pudo demostrar que no había firmado el contrato falsificado y, por temor a enfrentar una batalla legal, decidió seguir adelante con la película a pesar de no encontrar interesante el guion. Según el actor, el contrato también le obligaba a esperar 12 meses después del estreno antes de poder expresar públicamente su disgusto.
No pude probar que él lo hizo y no quería que me demandaran, así que no tuve más remedio que hacer la película. "No pude probar que él lo hizo y no quería que me demandaran, así que no tuve más remedio que hacer la película.
En The Watcher, Reeves interpretó a un peligroso asesino en serie obsesionado con matar a mujeres solitarias, mientras que James Spader interpretaba a un exagente del FBI que intentaba detenerlo. La película recibió críticas negativas y apenas logró recuperar su inversión en taquilla, obteniendo una puntuación muy baja del 11% en Rotten Tomatoes.
La historia de Reeves con The Watcher comenzó unos años antes de su realización, cuando aceptó verbalmente desempeñar un pequeño papel en la película mientras jugaba hockey con el director Joe Charbanic. Sin embargo, el personaje de Reeves fue reescrito para convertirse en el protagonista, lo que lo obligó a aparecer prácticamente en toda la película en lugar de solo una pequeña parte.
A pesar de considerar dar marcha atrás, Reeves decidió seguir adelante debido a las complicaciones legales que podrían surgir. Sin embargo, se enojó al descubrir que sus compañeros de reparto, James Spader y Marisa Tomei, ganaban más dinero que él. Ante esta situación, Universal Pictures acordó excluir a Reeves de las actividades promocionales de la película a cambio de un año de silencio, pero una vez que este plazo expiró, Reeves decidió hablar sobre su experiencia.