Si bien hay varias franquicias como Monster Rancher o Bakugan con la pretensión de brindar no sólo videjuegos, sino películas, programas de televisión y un montón de figuras coleccionables de sus personajes ninguna lo ha hecho como Pokémon. De la mente de Satoshi Tajiri este juego ha cautivado a miles de usuarios alrededor del mundo con la premisa de entrenar para el combate a tus "monstruos de bolsillo" y atraparlos a todos, por lo que fácilmente podríamos decir que es el referente directo de esta serie de animación oculta en Netflix.
En la trama de Pokémon los monstruos que Ash Ketchum y sus compañeros entrenan suelen ser muy fuertes claro, pero también sumamente adorables y el mundo en el que conviven es relativamente pacífico ya que deja de lado el caos humano que podría originarse al sentir control sobre seres tan extravagantes. Por el contrario, My Daemon es una animación que no teme cruzar los límites de esa crudeza humana que podría salir a flote, especialmente en un escenario post-apocalíptico.
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¿De qué va 'My Daemon'?
La serie escrita por Hirotaka Adachi muestra un panorama mucho más oscuro con una configuración de base muy parecida a la de Pokémon. Es un mundo poblado con curiosas especies que pueden ser controladas para usar en batalla, pero se adentra mucho más en las causas y consecuencias de la relación que existe entre los daemons y los humanos.
A lo largo de 13 episodios My Daemon sigue a Kento Tachibana (Miyuri Shimabukuro), un niño que vive en un Japón que ha sido azotado por una explosión nuclear provocando la creación de extraños seres llamados Daemons en el mundo. Estos "demonios" van desde árboles conscientes hasta arañas gigantes con la capacidad de destrozar ciudades enteras, algo que también te podría recordar a la película de Amor y monstruos.
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Kento encuentra y cría a un demonio pequeño al que decide llamar Anna (Kokoro Kikuchi) y todo parece bien hasta que ponen un precio por sus cabezas. Ahora el par debe emprender un viaje por Japón para huir de una cantidad desproporcionada de usuarios de Daemon que quieren atraparlos, robar a Anna y cobrar la recompensa.
La serie es honesta con sus momentos emotivos tanto como los más desgarradores pues el diseño de algunas criaturas puede ser aterrador y guiarnos hacia momentos más cercanos al gore de lo que podríamos esperar. Por su parte, la humanidad llega a ser tan empática y acogedora como fría y violenta a partir de las condiciones del entorno que la moldean y juega con la idea colectiva de que aquellos seres espantosos sólo tienen dos propósitos en el mundo: ser utilizados o asesinados. Todo esto pese a que los Daemons son el resultado de un experimento defectuoso del hombre y la energía nuclear.
Es cierto que My Daemon tiene un arranque que en su premisa reconoce las similitudes con Pokémon, sin embargo, le da un giro mucho más duro y complicado cuando imagina que la existencia de estas criaturas en el mundo podría provocar una respuesta más cercana al pánico y al caos que a la educación. Si disfrutas las historias de ficción con este toque reflexivo sobre la naturaleza y la complejidad de los seres, que no son del todo buenos ni del todo malos, esta es la serie animada ideal para disfrutar.
