Bebé reno, la nueva serie original de Netflix, ha sido toda una sensación alrededor del mundo. Debido a ello, no ha salido del Top 10 de la plataforma, contando con 10,400,000 horas de reproducción, al momento en el que se publica esta nota.
Escrita y protagonizada por Richard Gadd, Bebé reno se basa en una perturbadora historia real de acoso, que el mismo Richard vivió en carne propia. Fue en 2015, cuando a manos de Martha, una completa desconocida que apareció en la vida de Gadd, en el momento equivocado, la vida del hombre se volvió una pesadilla.
Perfil
¿Cómo era realmente Martha? Martha era muy diferente a como es mostrada en la serie. De hecho, ni siquiera se llama así. No luce como la actriz Jessica Gunning, ni tampoco tiene la misma edad que ella, pues la “Martha” real, era más o menos 20 años mayor. De acuerdo con Gadd, optó por “disfrazar” a la mujer, ya que su objetivo no era exponerla o criticarla, sino simplemente hacer una observación crítica y sincera a la enfermedad mental que padecía.
A lo largo de casi 5 años, la mujer le envió a Richard más de 40,000 correos electrónicos, 350 mensajes de voz, 744 tweets, 46 mensajes en Facebook y 106 páginas de cartas. De manera evidente, la obsesión de “Martha” estaba en un nivel totalmente enfermizo. Asimismo, ella optó por darle regalos a la víctima de nuestra historia, entre ellos, un pequeño bebé reno de juguete.
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El acoso trascendió lo digital y lo material, pues llegó al grado de convertirse en algo físico, al buscar a Richard en su casa, en su trabajo, e incluso empezando a acosar a sus padres. Este último hecho, fue la gota que terminó derramando el vaso, motivo por el cual, Gadd denunció ante la policía la caótica situación, tal y como se puede ver en Bebé reno.
En contraste a lo visto en la serie, la acosadora jamás fue enviada a prisión. Este elemento únicamente fue agregado con fines dramáticos, para darle un mayor impacto al argumento. En la vida real, la situación entre Richard y “Martha” se terminó resolviendo (aunque no queda claro cómo). Sin embargo, Gadd nunca buscó que la mujer fuera encarcelada, pues en lugar de ello, él deseaba que fuera atendida, de manera adecuada, y que su trastorno mental fuera tratado por profesionales en la materia.
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