El cine de vampiros ha trascendido las décadas, ofreciendo una rica y diversa galería de historias que han cautivado a audiencias de todo el mundo. Desde la clásica adaptación Drácula de Bram Stoker, dirigida por Francis Ford Coppola, hasta la electrizante saga de Inframundo de Len Wiseman, pasando por la nostálgica Sólo los amantes sobreviven de Jim Jarmusch, los vampiros han sido explorados en una variedad de contextos y estilos cinematográficos.
Estas criaturas siguen cautivando en la pantalla grande al encarnar el miedo, la seducción y la eternidad. Más que simples villanos, han evolucionado hacia complejos anti-héroes, reflejando así los cambiantes valores culturales de la sociedad. Su poder para seducir y asustar simultáneamente los convierte en figuras fascinantes que continúan intrigando a las audiencias y, ahora, una nueva y peculiar entidad vampírica se prepara para acechar las pantalla de Cinépolis y Cinemex.
“Los niños pueden ser esos monstruos”. Ese es el lema de Abigail, la próxima película de terror de Universal Pictures que sigue a un grupo de criminales contratados para secuestrar y vigilar a la pequeña Abigail (Alisha Weir), solo para descubrir que han capturado a una bailarina vampira que comienza a contraatacar. El filme cuenta con la participación de la talentosa actriz y cantante mexicana Melissa Barrera, acompañada de Kathryn Newton, Dan Stevens, Kevin Durand, Angus Cloud y Giancarlo Esposito.
¿En qué película de terror de 1936 se inspira ‘Abigail’?
Los cineastas Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (responsables de Scream 2022 y Scream VI) no han negado su principal influencia: Abigail es una nueva versión de La hija de Drácula. El clásico de 1936 narra la lucha interior de la condesa Mary Zeleska, afectada por el vampirismo de Drácula, lo que la convierte en su “hija”. Intenta combatir su nueva sed de sangre a través de la terapia pero, al igual que Abigail, su lado bestial gana.
La película en blanco y negro, dirigida por Lambert Hillyer, arranca precisamente donde finaliza su predecesora, Drácula, trasladando la acción del siglo XIX al XX sin mayor explicación. Aquí, el enigmático Van Helsing (Edward Van Sloan) se erige como el vínculo entre ambas películas, mientras guía el relato hacia una nueva y fascinante dirección. Gloria Holden interpreta a la condesa Zaleska, hija del temido Drácula, quien lucha por liberarse de su maldición vampírica.
A su lado, el psiquiatra Dr. Garth (Otto Kruger) se embarca en una odisea para desentrañar los misterios del oscuro legado familiar, solo para verse inmerso en una trama de sucesos sobrenaturales. La película, cargada de una profunda exploración psicológica, captura magistralmente el conflicto interno de Zaleska, mientras oscila entre sus deseos y la desesperación por liberarse de su condición. Con sutiles toques de sexualidad, la historia añade una capa adicional de complejidad a medida que la descendencia maldita busca encontrar en otra mujer la compañía eterna que anhela.
Al perder el liderazgo de Bela Lugosi, La hija de Drácula intentó regresar a la saga de Bram Stoker con una nueva dirección del mal, pero Universal decidió hacer un giro novedoso para la época al abordar el tema de la soledad de las películas de monstruos con una perspectiva femenina, agregando una sensación de guerra psicológica a las expectativas más escalofriantes. No es una secuela exitosa, pero La hija de Drácula tiene sus propios logros, principalmente cuando es vista como un estudio del aislamiento.