Entre los contados casos de superestrellas infantiles que han logrado una transición exitosa a la edad adulta se encuentran Natalie Portman, quien comenzó su carrera en El perfecto asesino a los 12 años y luego ganó un premio de la Academia por su papel en El cisne negro, y Joseph Gordon-Levitt, quien pasó de ser una estrella infantil en Tercera roca del sol a una exitosa carrera en películas como 500 días con ella y En la cuerda floja.
Daniel Radcliffe es otro ejemplo notable de una superestrella infantil que logró trascender su papel icónico (como Harry Potter) para construir una carrera cinematográfica sólida en su edad adulta. En lugar de quedarse encasillado en el papel del joven mago, Radcliffe optó por superarse a sí mismo y experimentar con una variedad de roles que desafiaban las expectativas del público. Desde interpretar a un hombre con cuernos en Horns hasta protagonizar obras teatrales desafiantes como Equus, Radcliffe demostró su versatilidad como actor.
Fue un padre afligido en La mujer de negro, Allen Ginsberg en Kill Your Darlings, un cadáver maloliente en Swiss Army Man, un agente federal encubierto con los nazis en Imperium, un piloto traficante de drogas en Beast of Burden, un israelí varado en Jungle, un prisionero político sudafricano Escape from Pretoria, un dron de oficina con armas atornilladas a sus manos en Guns Akimbo y, más recientemente, Al Yankovic.
Después de haber ganado suficiente dinero para mantenerse cómodo durante toda la vida cuando apenas había entrado en la adolescencia, el también actor de Victor Frankenstein y Solo amigos optó por embarcarse en una carrera profesional fascinante que lo llevó a asumir deliberadamente roles tan desafiantes, complejos u ocasionalmente trastornados como fuera posible.
Daniel Radcliffe revela la película de Harry Potter que no quiere volver a ver
Radcliffe es el primero en admitir que su paso por ocho películas lo formó como celebridad pero que el papel del joven mago difícilmente estuvo definido por el rango dramático y la profundidad de la emoción en pantalla. El actor atesora las películas basadas en la saga literaria de J. K. Rowling, pero una película de Harry Potter en particular destaca para Radcliffe por “ser difícil de volver a ver”.
“En cada película hasta la sexta, puedes ver un gran paso adelante en mi actuación. Y luego el proceso se detuvo, o tal vez retrocedió, en la sexta película”, dijo en entrevista para Playboy sobre Harry Potter y el misterio del príncipe, dirigida por David Yates. “Cuando la vi, me percaté que no había crecimiento”.
Su predecesora, Harry Potter y la Orden del Fénix, lo había emparejado con su mentor dentro y fuera de la pantalla, Gary Oldman, lo que resultó en un giro que Radcliffe “realmente disfrutó”, pero sintió como si se le hubiera escapado el talento en la adaptación de la penúltima novela de Harry Potter. “Estás viendo un error que cometiste, así es como yo veo esa película”, continuó. “Tenía la idea de que Harry era como un soldado traumatizado por la guerra y, como resultado de eso, se cierra emocionalmente. No es mala idea, pero no es lo más interesante de ver durante dos horas y media”, concluyó el actor.