Martin Scorsese no es ajeno a la controversia, ya que ha realizado películas intensas y violentas a lo largo de su admirable carrera como director. Hay una complejidad en sus personajes que los hace inolvidables y profundamente significativos como Travis Bickle (Robert De Niro) de Taxi Driver. Pero, sorprendentemente, la película más controvertida de Scorsese no fue una película de gánsteres, sino una sobre Jesús de Nazaret.
La realización de La última tentación de Cristo fue un proceso largo y reflexivo para Scorsese. Su fascinación por Jesucristo, arraigada desde su infancia en un hogar católico, impulsó su deseo de llevar a la pantalla grande la historia del Mesías. Las semillas de esta película comenzaron a germinar temprano en su carrera. En 1972, durante la filmación de Boxcar Bertha, recibió de Barbara Hershey una copia de la novela de Nikos Kazantzakis que inspiró la película.
La película describe la vida de Jesús de Nazaret (Willem Dafoe) mientras acepta su relación con Dios. Lucha contra sentimientos de miedo, odio, lujuria, duda y depresión de la misma manera que lo hace todo ser humano. El relato, por lo tanto, se centra en Jesús el hombre más que en su divinidad, que, aunque es una gran parte de la película, es casi tan importante como aquellos aspectos de su carácter que lo convierten en un hombre.
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Es importante señalar, sin embargo, que Scorsese preparó al público para este alejamiento radical de los Evangelios de la Biblia, de donde proviene la historia de Jesús. En los créditos iniciales de la película, el director deja caer una advertencia: “Esta película no se basa en los Evangelios, sino en la exploración ficticia del eterno conflicto espiritual”, en lo que podría ser el primer ejemplo de una advertencia desencadenante.
La relación de Jesucristo con Dios en La última tentación de Cristo no es cómoda. En cambio, parece sufrir significativamente por ello. Tiene dolores físicos, a menudo escucha voces y tiene visiones. Su madre (Verna Bloom) piensa que tal vez esta aflicción sea obra de Satanás, y el propio Jesús no está seguro. Pero desde la perspectiva del espectador, no es muy difícil imaginar que simplemente podría estar viviendo con una enfermedad mental.
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Martin Scorsese necesitó protección del FBI después de hacer ‘La última tentación de Cristo’
Si bien la película fue elogiada por la crítica y fue un éxito de taquilla, no todos estaban contentos con el director de Toro salvaje y Buenos muchachos. Scorsese recibió amenazas de muerte, teniendo que cancelar apariciones públicas durante algún tiempo y buscar protección del FBI. La gente empezó a movilizarse contra la película. Estallaron protestas en los cines e incluso en los estudios Universal, donde 600 manifestantes protestaron por el alejamiento de la película de los Evangelios y su representación de Jesús y María Magdalena.
Una monja católica de Eternal Word Television Network describió la película como “la burla más blasfema de la Eucaristía que jamás se haya perpetrado en este mundo” y “una película sobre el holocausto que tiene el poder de destruir almas eternamente”. La película enfrentaría prohibiciones en Grecia, Argentina y México. Incluso en pleno 2024, la película está prohibida en Singapur y Filipinas.
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La última tentación de Cristo es quizás una de las películas más controvertidas de todos los tiempos y, por supuesto, lo es porque desafía la idea misma del cristianismo. Lo que hace que esta película sea tan poderosa es su enfoque en la humanidad de Cristo, lo que obliga al público a confrontar su propia humanidad. Al colocar a Cristo al nivel de un hombre, se produce un alejamiento del dogma cristiano y Scorsese hace que el carácter y la lucha espiritual que soporta sean genuinos y viscerales.
