El primer largometraje dirigido por Ben Affleck se ha convertido en una de las películas más vistas de Netflix dentro de la historia de la plataforma. Con un tono oscuro y áspero, este thriller nos sumerge en la investigación de la desaparición de una niña en Boston, llevándonos a misterios indescifrables y enredos mentales que te asombrarán.
En su trama, los detectives Patrick Kenzie (Casey Affleck) y Angie Gennaro (Michelle Monaghan) se embarcan en la búsqueda de Amanda McCready, una niña de cuatro años que ha desaparecido sin dejar rastro. La investigación los conduce a los rincones más oscuros de la ciudad, donde se enfrentan a traficantes de drogas, criminales y pedófilos.
A medida que se avanza en la investigación, se van revelando secretos y mentiras que ponen en duda la moralidad de los personajes y así, al final de la película, lejos de encontrar una trama convencional, nos quedamos sin aliento reflexionando sobre las decisiones tomadas y sus consecuencias.
Por lo tanto, Gone baby gone retrata una Boston decadente y plagada de problemas sociales con un reparto encabezado por Casey Affleck, Michelle Monaghan y Amy Ryan, quienes ofrecen una interpretación magistral y desgarradora que nos da un claro ejemplo de la oscuridad humana.
La trama te mantiene en vilo hasta el final, con giros inesperados que te sorprenderán y ya que Gone Baby Gone no es una película que te deje indiferente, el desenlace de la historia te hará cuestionar tus propios valores y te dejará con una sensación de desasosiego.