En el mundo del cine resulta muy común que algunas películas tomen como inspiración a otras cintas, personajes y obras literarias debido a que la memoria colectiva funciona de maneras asombrosas y extrañas. Sin embargo, en ocasiones esa delgada línea entre la inspiración y el plagio puede ser difusa y terminar provocando acusaciones que afecten gravemente a todos los involucrados en un rodaje.
Tal situación le sucedió al reconocido director de películas como Dogman y El quinto elemento, Luc Besson, cuando en 2012 coescribió el guion de una cinta titulada Lockout: Prisionera del espacio de los directores Stephen Saint Leger y James Mather.
Pese a su éxito, la cinta terminó siendo comparada con el clásico de ciencia ficción Nueva York 1997 de John Carpenter, la cual se estrenó a finales de la década de 1980 y nos presenta una historia en la que el avión del presidente de los Estados Unidos es secuestrado por un grupo radical.
Sin embargo, los pasajeros consiguen sobrevivir y se encuentran solos en las calles de Nueva York, donde Manhattan se ha convertido en una prisión de alta seguridad y para rescatar al presidente se debe enviar a un agente secreto. El elegido es un conocido convicto al que todos daban por muerto y esto dará un giro inesperado a la trama.
Por su parte, en Lockout se nos presenta a un hombre (Guy Pearce) que, tras ser condenado injustamente por espionaje, recibe la oportunidad de obtener su libertad si logra rescatar a la hija del presidente (Maggie Grace) de una prisión espacial. Esta trama, a simple vista, puede parecer original, pero para los fans de la ciencia ficción, guarda un gran parecido con la película de Carpenter.
Por lo tanto, cuando esta situación escaló, el caso fue llevado ante los tribunales por una demanda de Carpenter quien acusó a Luc Besson, productor e inventor de la historia, por plagio.
Finalmente en 2015 un tribunal francés dictaminó que efectivamente existía plagio y condenó a Besson a pagar 80 mil euros por "infracción flagrante".
Besson, insatisfecho con la decisión, apeló la sentencia argumentando que no necesitaba copiar historias para sus películas. Sin embargo, en 2016, el Tribunal de Apelación de París confirmó la existencia del plagio y elevó la multa a 465 mil euros. Actualmente ambas películas están disponibles en Amazon Prime Video.