El género de los superhéroes no siempre fue tan exitosa como las cintas y series que conforman al Universo Cinematográfico de Marvel. Antes de que Thor y Los Avengers acumularan millones de dólares con miles fanáticos yendo a las salas de cine, los superhéroes no eran una apuesta segura. A excepción de las sagas de X-Men o Spider-Man, en su gran mayoría, las cintas protagonizadas por seres con grandes poderes no eran todo un suceso cinematográfico.
En el caso de DC Comics, las cosas eran aún más complicadas. A mediados de los 2000, Warner Bros. intentó revivir a Clark Kent con la película de Superman regresa , sin embargo, no tuvo éxito. La cinta que una secuela alternativa a las películas de 1979 y 1981, de Superman y Superman II: La aventura continúa con Christopher Reeve, no logró cautivar al público, siendo insuficiente para dar continuidad a una saga completa con el kriptoniano.
Todo cambió en 2009 con Zack Snyder. Hasta ese momento, el aclamado cineasta ya se había ganado un lugar dirigiendo El amanecer de los muertos y 300, la historia del rey espartano Leónidas y sus guerreros. A finales de los 2000, una cinta distinta de superhéroes, a cargo de Snyder, llegó a la gran pantalla, y aunque no logró tener el éxito esperado, hoy es considerada una de las mejores películas dentro del género. Para cineastas como Christopher Nolan, esta cinta "estaba adelantada a su tiempo".
Hablamos de Watchmen: Los Vigilantes, basada en la novela gráfica homónima de Alan Moore. Aunque la prensa alabó el trabajo de Snyder, para muchos, la cinta tenía "una estructura narrativa que podría ser complicada para los espectadores que no estaban familiarizados con el material original". Con un presupuesto de 130 millones de dólares, Watchmen: Los Vigilantes sólamente logró acumular 185 millones en taquillas. Con el paso del tiempo, la película ha obtenido el crédito que merecía.
Ubicada en un mundo alternativo en 1985, un grupo de superhéroes, llamados a sí mismos Watchmen, se han consolidado para trabajar de la mano del gobierno norteamericano. Richard Nixon ha ganado la Guerra de Vietnam y ha derogado la Constitución para ser reelecto como presidente por un tercer mandato. Sin embargo, tras algunos incidentes públicos problemáticos, Nixon redacta "La ley Keene", donde prohíbe las actividades heroicas, por lo que el grupo se retira y trata de seguir con sus vidas.
Una noche, Edward Blake, antiguo justiciero, mejor conocido como el Comediante, sufre un ataque y es asesinado. Uno de los vigilantes renegados, Rorschach, que se ha mantenido operando en la clandestinidad, decide iniciar una investigación sobre las causas de la muerte de su compañero y el probable responsable, poniendo en alerta al resto de los integrantes de su equipo. Cada uno, con sus propios problemas para adaptarse a una sociedad que los ha rechazado, deberá enfrentar una conspiración mayor que amenaza con una guerra nuclear y el probable fin de la humanidad.