James Cameron se convirtió en uno de los directores más aclamados de Hollywood tras presentar películas como Terminator y Titanic, pero la película de su filmografía que más impactó a las audiencias fue Avatar, sin dudarlo. En pleno boom de la tecnología 3D, el cine del realizador canadiense catapultó el formato y llevó a millones de espectadores a las salas de cine para ver a actores como Sam Worthington y Zoe Saldaña darle vida a los distintos Na’vi de la historia.
Los actores de dicho reparto utilizaron la captura de movimiento para llevar sus personajes a la pantalla grande y el resultado obtenido con dicha técnica impresionó a medio mundo, pero no queda ninguna duda de que Cameron no fue el primero en usarla. Peter Jackson lo utilizó para los papeles de Andy Serkis y más tarde Mark Ruffalo lo haría con Hulk, pero otro de los directores que recurrieron bastante a ella fue Robert Zemeckis.
El autor detrás de largometrajes como Forrest Gump y la trilogía de Volver al futuro filmó en 2004 la cinta Expreso polar, donde utilizó la misma tecnología, y participó como productor en la cinta Monster House que también se realizó con la misma técnica. Luego de colaborar en dichas producciones, algunos años más tarde el director filmó una película nueva que retomó el estilo, pero consiguió una pobre recepción por parte de las audiencias y en taquilla.
Zemeckis dirigió Beowulf, un título un poco más enfocado al público maduro, en la que retomaba el clásico poema inglés homónimo. Se estrenó en 2007 y aunque han pasado casi 15 años desde que llegó a salas de cine, prácticamente nadie se acuerda de ella a pesar de contar con un elenco lleno de estrellas integrado por Angelina Jolie y Anthony Hopkins.
El largometraje de acción y fantasía producido con un presupuesto de 150 millones de dólares también contó con las actuaciones de Brendan Gleeson, Robin Wright y John Malkovich, pero ni su historia sobre venganza y cacería entre héroes y demonios, ni el reparto o el nombre de su director lograron convencer a las audiencias de que veían una película que les pudiera interesar. A diferencia de las otras producciones, la película sólo recaudó 196 millones, poco más de lo que se gastaron en hacerla. Si acabas de recordar su existencia y deseas verla, podrás encontrarla en el catálogo de Max.