Una década después de su estreno en cines, una película con un elenco estelar que incluye a actores emblemáticos de Harry Potter y Gladiador se encuentra disponible en Netflix. Esta obra cinematográfica, que fusiona los géneros de la épica y la fantasía, enfrentó la prohibición en Qatar, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania, Kuwait, Indonesia y Malasia por motivos religiosos. A pesar de los desafíos impuestos por esta polémica, la película ha mantenido su relevancia y atractivo.
Si bien sus películas suelen generar divisiones debido a sus destellos conceptuales (¡Madre! con Jennifer Lawrence) y su deseo de hacer que los espectadores se sientan lo más miserables posible (La ballena con Brendan Fraser), Darren Aronofsky es sin duda un cineasta con una voz singular. A pesar de sus intentos deliberados de sorprender y perturbar a los espectadores con sus complejas películas de autor, su epopeya bíblica de 2014, Noé, puede ser el proyecto más extraño de su carrera hasta el momento.
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Netflix revive la epopeya de Noé: Una década después, la película sigue desafiando fronteras y creencias
Noé, que retoma algunos segmentos del Libro del Génesis, muestra a su héroe titular (Russell Crowe) como un hombre de familia orgulloso pero conservador que se preocupa profundamente por su esposa, Naameh (Jennifer Connelly), y sus hijos, Shem (Douglas Booth), Ham (Logan Lerman) y Japheth (Leo McHugh Carroll) ya que viven en las afueras de la sociedad.
El protagonista está atormentado por los recuerdos de su infancia, pero ha logrado evitar conflictos con el despiadado rey Tubal-cain (Ray Winstone). Uno de sus rasgos es la compasión y ésta se pone de manifiesto cuando decide adoptar a Ila (Emma Watson), la única superviviente de una masacre en la que murieron varias personas. Dada la violencia que se cometió, Noé comienza a comprender que ayudar a la joven huérfana empujará a su familia a un conflicto mayor entre el bien y el mal.
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El giro argumental, aunque esperado por todo aquel que conoce el pasaje bíblico, se produce cuando Yavé, al ver la maldad del hombre, se arrepiente de haberlo creado y decide destruirlo. Para ello le pide a Noé, un hombre bondadoso, que construya un arca de madera de ciprés y le da instrucciones precisas para conservar a todas las especies sobre la tierra porque durante cuarenta días y cuarenta noches exterminará a todos los seres que creó.
El profeta dispone de los árboles suficientes para obtener la madera y construir el arca. Además, cuenta con la ayuda de “Los Vigilantes”, seres de piedra, con seis brazos, que miden poco más de doce metros. Éstos son descritos como ángeles que bajaron del cielo para ayudar a la humanidad concediéndoles las maravillas del conocimiento: el estudio de las estrellas, el uso del fuego y el manejo del metal.
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Uno de ellos, mediante flashbacks, le relata a Noé su trágica historia: cuando la humanidad empleó los saberes para construir armas de guerra y herramientas de devastación ambiental, Dios los desterró del paraíso y los colocó en la tierra. Aunque parecen seres de un mundo fantástico más cercano a El señor de los anillos, lo cierto es que son mencionados como gigantes o titanes en el Antiguo Testamento [Génesis 6:4 y el Libro de los Números 13:33]. Incluso, en la tradición judía son conocidos como “nefilim”.
Las audaces decisiones creativas de Darren Aronofsky, respaldadas por su guionista, Ari Handel (La fuente de la vida), al abordar temáticas medioambientales en su obra, desencadenaron una serie de reacciones en diferentes naciones musulmanas. En particular, las autoridades de varios países optaron por prohibir el lanzamiento de la película, argumentando que la representación oscura y poco convencional del profeta Noé, una figura de gran importancia en la enseñanza islámica, resulta ofensiva para los fieles y contraria a sus creencias.
