Duna: Parte Dos, la continuación de la épica de 2021 de Denis Villeneuve, ha dominado la taquilla y se ha convertido en una sensación en las redes sociales tras su reciente lanzamiento. La secuela, que adapta la segunda mitad de la novela de ciencia ficción de Frank Herbert, se ha convertido rápidamente en la película más taquillera de 2024, un título que se espera que mantenga durante varias semanas.
La secuela, que continúa en la cartelera de Cinépolis y Cinemex, toma la narración y las imágenes a gran escala que Villeneuve aportó de manera experta a su predecesora y las lleva varios pasos más allá, presentando al público nuevos planetas y escenas de acción aún más emocionantes, espectaculares y grandilocuentes.
Además del material original, Villeneuve se inspiró en una gran cantidad de sus películas favoritas y compartió algunas de ellas durante la gira de prensa de la película. Mencionó algunas referencias obvias, como la fábula ambientada en el desierto de Lawrence de Arabia. Sin embargo, una película que muchos no esperaban que mencionara el aclamado director canadiense, pero que en retrospectiva tiene mucho sentido, es una querida película de anime de los años 80.
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Ambientada en una versión distópica de 2019, Akira, de Katsuhiro Otomo, sigue a Shōtarō Kaneda, el líder de una pandilla de motociclistas de Neo-Tokio, cuya vida y realidad cambian cuando su amigo de la infancia, Tetsuo, obtiene poderes telequinéticos inesperados. Akira es considerado uno de los mejores y más influyentes animes de todos los tiempos, y también una de las grandes obras de la ciencia ficción audiovisual.
La película ha inspirado innumerables paisajes ciberpunk en el cine, la televisión y los videojuegos a través de su impresionante exploración futurista de lo urbano y su famoso tobogán para bicicletas fue imitado y parodiado en cientos de otras películas y programas. Sin embargo, para Villeneuve, la influencia de Akira fue más sutil, tan sutil que al principio el director de Blade Runner 2049 y La llegada ni siquiera se dio cuenta de que estaba basándose en la película.
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Denis Villeneuve confiesa la influencia subconsciente de ‘Akira’ en ‘Duna: Parte Dos’
En una entrevista con Esquire UK, en la que Villeneuve describió las cinco películas que inspiraron Duna: Parte Dos, afirmó que Akira tenía una influencia subconsciente en la historia que estaba contando: “Cuando la dirigía, el pelo, las siluetas, la forma en que le estaba filmando. No fue una elección consciente, y me recordó algo, y de repente se hizo obvio mientras estaba escribiendo el guión gráfico: 'Está bien, estoy haciendo Akira'”.
Villeneuve dijo que sentía que la narrativa de la película japonesa se reflejaba en la transformación de Paul Atreides (Timothée Chalamet). Al comienzo de Akira, Kaneda y Tetsuo son motociclistas holgazanes sin un sentido real de dirección o propósito. Simplemente hacen lo que deben para divertirse y sobrevivir. Sin embargo, a medida que avanza la película y se desarrollan los poderes de Tetsuo, la narrativa se vuelve mucho más oscura cuando comienza a perder el control, amenazando con marcar el comienzo de un nuevo Armagedón.
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Se podrían establecer varios paralelismos entre Akira y Paul Atreides, al que Villeneuve podría estar haciendo referencia. En primer lugar, ninguno de los protagonistas de la película es el típico héroe, y Duna: Parte Dos subvierte la trama elegida. No son héroes de acción musculosos y peleadores. Son adolescentes que desean la normalidad pero se ven obligados a tomar un camino más oscuro y deben adaptarse y crecer en el camino.
Ambas películas también presentan temas intensos de fanatismo religioso. A medida que los poderes de Tetsuo crecen, desarrolla un culto de fanáticos religiosos acérrimos. Lo mismo ocurre con Paul, ya que (sin spoilers) Duna: Parte Dos profundiza en la exploración temática del libro de la insurgencia religiosa y las figuras mesiánicas a medida que crece la influencia de Paul sobre los Fremen.
