Desde los reptiles voraces que acechan tras La gran muralla de Matt Damon, hasta las misteriosas presencias submarinas que rodean a Kristen Stewart en Amenaza en lo profundo, pasando por los peligrosos desafíos que enfrenta Milla Jovovich en Monster Hunter: La cacería comienza, el catálogo de Netflix abarca una amplia y atractiva gama de criaturas monstruosas para que los espectadores disfruten experiencias emocionantes y aterradoras.
Una de estas experiencias es Troll, una producción noruega que relata cómo, durante la construcción de un túnel ferroviario en la montaña Dovie, en Noruega, los equipos liberan accidentalmente a una enorme criatura que amenaza con destruir a quienes se cruzan en su camino. Mientras el gobierno lucha por comprender la situación, la paleontóloga Nora, interpretada por Ine Marie Wilmann, es contratada para descifrar este fenómeno monstruoso, identificando a la criatura como un troll.
En colaboración con Andreas (Kim Falck), asistente del primer ministro, y Kris (Mads Sjogard Pettersen), líder militar, Nora se embarca en la búsqueda de su padre, Tobias (Gard B. Eidsvold), un experto en folclore y cuentos de hadas que podría ofrecer respuestas sobre el comportamiento de los trolls. A pesar de la falta de paciencia del gobierno, que ve amenazada la seguridad de Oslo, Nora busca una solución pacífica para contener al monstruo desatado.
‘Troll’: una fusión de magnificencia y folclore en el cine escandinavo de Netflix
Troll busca integrar la magnificencia del monstruo con aspectos del folclore local. Además, incorpora elementos del cine de desastres naturales, con el cineasta Roar Uthaug regresando al género tras su exitoso reinicio de Tomb Raider. Uthaug, reconocido por su trabajo en La ola de 2015, presenta una narrativa que lleva a los espectadores a través de la devastación y la lucha de los ciudadanos noruegos frente a esta inesperada amenaza.
La película presenta una crítica social al desdén y la degradación del medio ambiente. La criatura en esta historia representa, en su esencia más simbólica, la naturaleza misma desafiando a la humanidad por el daño que le ha infligido. Se resalta continuamente la conexión de los trolls con su entorno natural. Además, la persecución del troll refleja el deseo humano de eliminar lo que considera diferente y amenazante.
El guionista Espen Aukan concibe un plan sencillo de caos, introduciendo un troll del tamaño de un edificio, mientras que Uthaug se encarga de los efectos visuales. Aunque las sorpresas son limitadas, la película ofrece entretenimiento, con escenas de acción a gran escala y momentos casi desastrosos, respaldados por actuaciones competentes y una energía cinematográfica palpable. Aunque la narrativa no siempre es la más imaginativa, el director ofrece una ejecución pulcra.