Desde El padrino de Francis Ford Coppola hasta El señor de los anillos de Peter Jackson, pasando por Volver al futuro de Robert Zemeckis y Star Wars de George Lucas, las trilogías poseen una capacidad encantadora para cautivar a las audiencias con sus historias emocionantes y narrativas perfectamente entrelazadas, pero algunas se destacan del resto por su ejecución casi perfecta.
En la vasta extensión de franquicias cinematográficas, muchas de ellas luchan por mantener un nivel de coherencia y excelencia a lo largo de sus secuelas. Sin embargo, existe una que es consistentemente brillante, iluminando la pantalla de principio a fin. Tres colores, disponible en el catálogo de MUBI, es una de las trilogías más elegantes y sensibles que existen, incluso inspirando otra notable trilogía, la de Before de Richard Linklater.
‘Tres colores’: La trilogía que redefine la excelencia en el cine y te dejará sin aliento
Azul (1993), Blanco (1994) y Rojo (1994) están dirigidas por el cineasta polaco Krzysztof Kieślowski, también conocido por La doble vida de Verónica y la miniserie Decálogo. Cada película se centra en uno de los tres colores de la bandera nacional francesa y lo que simbolizan. El azul representa la libertad, el blanco la igualdad y el rojo la fraternidad, y Kieślowski profundiza en estos temas, diseccionando las cuestiones inherentes a ellos con un espectáculo visual lleno de emoción y melancolía.
Los temas abordados en Tres Colores son mucho más íntimos y humanistas que políticos, pero típico de otras películas de Kieślowski, el cineasta ofrece una mirada incisiva sobre cómo funciona la sociedad, la forma en que las personas interactúan entre sí y las consecuencias de cada pequeña acción.
La cinematografía dicta el tono de las películas y juega un papel igualmente crucial en cada una de ellas. Blanco (protagonizada por Julie Delpy) es a la vez la más oscura y divertida de la trilogía, y ofrece un contraste dinámico entre la pureza que suele evocar el color blanco con la amenaza de la impersonalidad y, posteriormente, la total indiferencia. En Rojo (protagonizada por Irene Jacob y Jean-Louis Trintignant), la abrumadora presencia de un color tan vibrante es casi contagiosa y une a los personajes de maneras inesperadas.
Azul sigue a Juliette Binoche como Julie, una mujer que sufre la reciente pérdida de su talentoso esposo y su pequeña hija en un accidente automovilístico. El término "sentirse triste" nunca ha sido retratado con tanta precisión en la pantalla como aquí. Cada toma está meticulosamente planificada para darle espacio al azul y el color eventualmente emergerá en la magnitud del cielo o en el agua, o a veces débilmente en el fondo de una valla publicitaria o un automóvil.
Aunque las tres narrativas aparentemente no están relacionadas, todas están conectadas por una nación y las limitaciones de la vida cotidiana. En todo caso, Kieślowski quiere que el público se detenga por un minuto y se pregunte cuán volátiles, pero intrínsecos, son conceptos como libertad, igualdad y fraternidad, y lo logra con un conjunto de personajes que siempre están a punto de ceder ante la misterios de la vida o simplemente mantenerse completamente alejado de ellos.