Dicen que las segundas entregas no son tan buenas como las originales y hay muchas películas que sirven como ejemplo de ellas. Cintas como Chicas pesadas 2, la secuela de Dirty Dancing y más recientemente, El exorcista: Creyentes, son prueba de que existe algo que hace que las secuelas sean peores que sus antecesoras. Aunque claro que para todo hay excepciones como Terminator 2: El juicio final, El padrino 2 y El señor de los anillos: Las dos torres que le encantaron al público incluso más que las primeras películas.
Algo curioso ocurre con algunas películas de culto que terminan lanzando secuelas completamente desconocidas para el público. Psicópata americano, El bebé de Rosemary, Donnie Darko y Crueles intenciones son algunas de las cintas que han tenido secuelas que nadie conoce, en gran parte, porque son verdaderamente malas y no pasan la prueba. Sin importar cuánto se esfuercen, estas obras cinematográficas son difíciles de ser superadas por una segunda parte.
La maldición de las secuelas también le ocurrió a una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine cuya segunda parte pasó completamente desapercibida. Sin embargo, para los fanáticos del género es una cinta imperdible, que vale la pena ver si es que te encantó la primera entrega. Esta cinta no sólo continúa uno de los mayores hitos de la historia del cine, sino que también cuenta con un reparto de primer nivel, tanto delante como detrás de la cámara.
2001: Una odisea en el espacio es considerada una de las mejores películas en la historia del cine, un título que podría ser difícil de repetir con una secuela. La cinta de Stanley Kubrick es tan grande que la segunda parte no logró de ninguna manera contribuir al mundo del séptimo arte en la mismas dimensiones. Aunque si eres un admirador de la ciencia ficción y no la has visto, deberías comenzar y tacharla de tu lista de pendientes.
La cinta de Stanley Kubrick continuó con 2010: El año que hicimos contacto que narra una expedición espacial que tiene el propósito de encontrar un astronauta que desapareció en 2001. Ubicada en la Guerra Fría, en la cinta se establece que el conflicto está llevando a la humanidad al borde de una catástrofe nuclear con Estados Unidos y la Unión Soviética en medio del problema. Han pasado unos años desde que el Discovery realizó su misión hacia el monolito en Júpiter. Ahora, los rusos y los americanos tendrán que unir otra expedición para una nueva misión que explique que es lo que ocurrió en el viaje del 2001.