En un mundo a menudo saturado de hipocresía o artificialidad, el drama romántico gay, Todos somos extraños, ofrece un punto de partida refrescante para los entusiastas del cine que buscan un tipo diferente de viaje emocional. La película, cuyo estreno en Cinépolis y Cinemex está programado para el jueves 29 de febrero, pretende resonar profundamente entre el público al proporcionar una narrativa conmovedora que toca corazones y despierta emociones.
Andrew Haigh y su conmovedor viaje personal: la inspiración detrás de ‘Todos somos extraños’
El director Andrew Haigh, junto con los actores Paul Mescal y Andrew Scott, compartieron recientemente información sobre la realización de la película en una sincera entrevista publicada antes de su llegada a las salas cinematográficas. Para Haigh, el proyecto fue un esfuerzo profundamente personal, que se inspiró en sus propias experiencias como individuo queer que navega por el amor y la pérdida.
Scott, quien interpreta al personaje de Adam, expresó su admiración por la profundidad y el atractivo universal del guión. "Es increíblemente personal para [Haigh], pero al igual que los grandes escritores, él hace que parezca algo personal para todos", comentó el también actor de Fleabag y Modern Love, reflexionando sobre la profunda conexión que la historia llega a generar con los espectadores.
Mescal, quien interpreta a Harry, se hizo eco de los sentimientos de Scott y destacó el cuidado y el amor invertido por Haigh en los personajes. "Hay un profundo sentido de cuidado y amor en los personajes que [Haigh] construye", compartió el actor de la conmovedora Aftersun y la brutal God's Creatures, subrayando la resonancia emocional de la narrativa de la película.
Basada en una novela de 1987 del autor japonés Taichi Yamada, Todos somos extraños sigue la floreciente relación entre Adam y Harry, dos londinenses homosexuales cuyo encuentro casual enciende un tierno romance. La adaptación de Haigh infunde a la historia sus propios conocimientos y experiencias, explorando particularmente las conexiones espirituales entre el personaje de Scott y sus padres fallecidos.
La visión creativa de Haigh (responsable de otros notables títulos como 45 años y Apóyate en mí) y su enfoque íntimo a la narración le han valido elogios tanto de la crítica como del público. Todos somos extraños promete tocar corazones para edificarse como un testimonio del poder de la narración auténtica y el anhelo universal de conexión y comprensión. A través de su retrato onírico del amor y la pérdida, la película invita al público a reflexionar sobre sus propias verdades y valorar los vínculos que nos unen a todos.