El mundo de los videojuegos y la literatura de la ciencia ficción suelen ser pilares de inspiración para la industria del cine. Sin embargo apostarle a este tipo de producciones siempre es un arma de doble filo ya que podemos encontrarnos tanto con cintas magistrales como Cloud Atlas, o con rotundos fracasos como Airbender: El último guerrero.
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Ahora bien, en esta línea nos encontramos con una película que se ubica en mundo postapocalíptico en el que la humanidad está controlada por ocho poderosas corporaciones conocida como Iron Pist.
Dentro de estos controladores hallamos a Tekken quien para mantener el dominio y terror sobre las masas, recurre a técnicas muy poco éticas como las peleas clandestinas y los combates de artes marciales en los que los luchadores -al más puro estilo de Gladiador- deberán pelear a muerte.
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Aunque esta premisa suena bastante interesante, la realidad es que para los fans del séptimo arte que vieron llegar a esta producción a las salas de cine durante 2009, la adaptación fue pésima y digna de romper los corazones de los fans del videojuego en el que se basó la cinta.
Respecto a su director, basta decir que Dwight H. Little aceptó esta titánica labor porque supo de Tekken gracias a sus hijos, quienes adoraban la versión gamer de la historia.
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Aunque Tekken tuvo un presupuesto de 30 millones de dólares, la cinta no fue bien recibida en Japón ni Singapour ni Filipinas, por lo que en algunos países de Europa y en Estados Unidos ni siquiera la distribuyeron.
Pese a que antes de la película ya existía en un formato audiovisual como un anime, la producción de Dwight H. Little obtuvo un porcentaje de 0% de aprobación en Rotten Tomatoes, así es que si deseas atestiguar este fracaso con tus propios ojos, bastará con que te dirijas a Amazon Prime Video donde la encontrarás bajo servicio de suscripción.
