El cine puede llegar a ser polémico y en gran medida esto sucede porque a lo largo de los años, los seres humanos hemos desarrollado una profunda susceptibilidad a temas como la violencia, el sexo y el dolor. Sin embargo hay algunas películas y directores que no se tocaron el corazón ni la mojigatería, y retrataron cuadro a cuadro escenas donde se ve desde la bajeza hasta la pasión humana como ha sucedido en Poor Things, La vida de Adele, 120 días de Sodoma, Los hombres detrás del Sol, La última tentación de Cristo, Love, Pink Flamingos, Misery, La Naranja Mecánica, Saltburn, Calígula y A serbian film por citar algunos ejemplos.
Sin embargo mucho antes de que algunos de estos títulos llegaran a las pantallas y que el streaming hiciera posible ver secuencias sumamente explícitas de sexo, masoquismo y sumisión como sucede en series y producciones como Game of Thrones, un director se abrió paso en las salas y festivales para coronarse como una de las personas non-gratas en la esfera del séptimo arte. Su nombre; Lars von Trier.
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Para dar un breve repaso sobre la carrera fílmica de este actor, debemos remontarnos a finales de la década de 1970 cuando creo, dirigió, escribió, editó y actuó en The Orchid Gardener, para después pasar a títulos quizá más conocidos como Epidemic, Europa, Rompiendo las olas, The Kingdom II y Dancer in the dark, donde trabajó con Björk como actriz protagónica. Años más tarde, en 2017 esta artista acusaría a von Trier indirectamente de haber cometido acosos sexuales en su contra.
Ahora bien, después de esta excelente y desgarradora película sobre una mujer ciega condenada a muerte, llegamos a títulos como Dogville, De Fem Benspænd, Manderlay y Direktøren for det hele para finalmente frenarnos en Anticristo de 2009, que aunque estuvo protagonizada por el gigantesco Willem Dafoe y la brillante Charlotte Gainsbourg, no estuvo libre de censura, crítica, polémica y opiniones encontradas tanto por la crítica como por los espectadores. Por si fuera poco, antes de que Nymphomaniac terminara por consagrar a este director como uno de los más explícitos, poco discretos y sumamente voraces en lo que a sexo, fragilidad, sufrimiento, violencia y oscuridad respectan; y que Melancolía nos mostrara de lleno su postura respecto a los condicionamientos amorosos que socialmente se han normalizado, sobre todo para las mujeres, esta producción dejó en claro que los límites de von Trier habían quedado atrás desde hace mucho, mucho tiempo.
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En Anticristo tenemos una historia que nos habla del dolor, el sufrimiento, de las relaciones amorosas y de cómo el placer, el egoísmo, la ignorancia y la desconfianza pueden destrozar hasta el amor más puro y la inocencia más sublime con una trama que nos muestra a una pareja venirse abajo después de la muerte de su hijo.
Y es que este hecho no solo resulta triste por tratarse de la muerte de un niño, sino que contrapone en una balanza el peso de la libertad y el hedonismo humano, en contraste con el compromiso y la obligación de cuidar de alguien más.
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En la cinta -por si no la has visto- Charlotte y Dafoe interpretan a un matrimonio con escenas sexuales sumamente explícitas y crudas que precisamente terminan provocando el fallecimiento del menor, quien al no ser atendido por sus padres cae de una ventana mientras estos se encuentran haciendo el amor.
Luego, tras una larga batalla para superar la pérdida de su hijo, Gainsbourg y su compañero viajarán a una cabaña alejada de la urbanidad en una región llamada Edén, donde la tortura de la culpa, el peso del sufrimiento y la confusión entre el bien y el mal terminarán por fragmentar su ya de por sí inestable relación, provocando que uno a otro se ataquen en una lucha que terminará entre la vida y la muerte.
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Por lo tanto no es de extrañarnos que esta obra cinematográfica haya resultado por demás impactante para la sociedad de 2009 que vio en esta entrega de von Trier un reflejo esquematizado de la incomodidad, la fragilidad y la oscuridad humana, siendo estas reflejadas con una excelente fotografía que corrió a cargo de Anthony Dod Mantle.
Por otra parte, la cinta fue censurada en varios países del mundo como Francia donde se acusó al director de mostrar escenas de violencia extrema y de sexo explícito, señalando que incluso muchas de estas fueron realizadas de forma real en el set de grabación.
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Por su parte tanto Von Trier como la película y sus actores dejaron esta polémica en el olvido y pasaron a consagrarse como talentos osados para la industria del cine, dejando a sus fans, la crítica y los espectadores con muchas interrogantes sobre cómo fue que se realizó este film.
Pese a la existencia de muchos rumores, lo cierto es que nunca se ha confirmado que haya habido sexo real en el set de grabación de Anticristo ni que las escenas que vemos en pantalla hayan ido más allá de la ficción, pero lo que sí se sabe es que se requirió del uso de dobles tanto para Willem Dafoe como para Charlotte Gainsbourg al momento de crear estas secuencias.
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En resumen, nadie tuvo sexo real en el set de grabación de Anticristo ni se filmaron escenas que implicaran intimidad física para los actores. Los dobles no tuvieron sexo en el estudio y lo que podemos ver en la pantalla es el fruto de efectos especiales y técnicas de montaje para crear estas apariencias dado que no se tiene constancia de que esto haya sucedido. Por otra parte esta película actualmente está disponible en Amazon Prime Video.
