El exorcista, El Conjuro y El resplandor son consideradas algunas de las películas más aterradoras de la historia del cine. Mientras que algunas cintas como la dirigida por William Friedkin provocaron convulsiones e idas al hospital, otras como Hereditary han dejado sin dormir a todos aquellos que la han visto. En definitiva, el género del terror no es para cualquiera y hay que saber cómo disfrutarlo.
Martin Scorsese y Guillermo del Toro son dos grandes cineastas que han aterrado a los espectadores con algunas de sus películas. Aunque no son precisamente cintas de terror, el neoyorquino ha mostrado un lado muy oscuro de los seres humanos en películas como Taxi Driver y La isla siniestra. Por otro lado, el mexicano es un gran degustador del género del miedo, realizando obras impresionantes como El laberinto del fauno y El espinazo del diablo.
Cualquiera podría pensar que Del Toro y Scorsese, siendo dos personalidades que conocen bien cómo funcionan los efectos especiales de las películas de terror, no se asustarían tan fácilmente. Sin embargo, existe una producción que ambos cineastas han encontrado sumamente siniestra ya que explora uno de los miedos más profundos de los seres humanos al que todos se enfrentarán alguna vez. Si esta película es lo suficientemente aterradora para estas leyendas, también lo es para el resto del público.
Se trata de The Changeling, también conocida como El intermediario del diablo. Tanto Martin Scorsese como en Guillermo del Toro han citado el clásico de la casa embrujada de 1980 como una de sus películas de terror favoritas. "Es una película llena de tristeza y pavor", señaló Scorsese cuando le preguntaron lo que pensaba de la cinta dirigida por Peter Medak. "¡Eres mi mentor! ¡Eres mi mentor!", fueron las palabras que gritó Del Toro al conocer a Medak, en especial, por el impacto que The Changeling tuvo en su vida.
The Changeling cuenta la historia de John Russell, un concertista de piano y profesor de música de gran éxito que pierde a su pequeña hija en un trágico accidente automovilístico en la carretera. En un intento por seguir adelante, Russell se muda a una hermosa y ornamentada mansión en Seattle para escapar de sus preocupaciones. Russell le explica al principio de la película a otro personaje que esencialmente se perdió mentalmente por un período de tiempo después de la muerte de su familia. En su nuevo hogar, Russell vuelve a enseñar piano e intenta recuperar lo que queda de su vida, sin embargo, la mansión comienza a cobrar vida propia.