Mantenerse en las preferencias del público no es un asunto fácil. Estrellas como Brendan Fraser, quien obtuvo éxito durante la década de los noventa con Al diablo con el diablo, La momia y George de la Selva, se vio obligado a retirarse del mundo de la actuación por un tiempo. No fue hasta 2023 que fue reconocido con un Premio Oscar a Mejor actor por su papel protagónico en La ballena. En Hollywood abundan este tipo de casos, en los que actores y actrices se enfrentan a una interrupción en sus carreras.
Así le ocurrió a este famoso actor de 90 años que se retiró de forma oficial hace apenas unos pocos meses, quien además cuenta con una extensa y exitosa trayectoria de más de 160 películas y dos Premios Oscar a Mejor actor de reparto. Incluso, aún siendo una leyenda viviente de la actuación, este personaje tuvo que superar uno o dos períodos de mala racha porque simplemente no encontraba una buena oferta de trabajo que le hiciera sentido.
Las cosas iban tan mal para él que pensó en retirarse 30 años atrás, aunque vio una luz en una película junto a Steven Seagal que fue un fracaso cinematográfico. En una entrevista con el medio de comunicación Daily Mail, este actor contó cómo estaba tan desesperado que decidió involucrarse en un proyecto de acción con el experto en artes marciales. Si bien fue un placer trabajar con Seagal, viéndolo en retrospectiva, rompió una de las reglas más importantes de la actuación para él.
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A los 58 años, el gran Michael Caine se encontraba en un punto de inflexión en su carrera. Tras la ausencia de buenos papeles, el actor de Batman: El caballero de la noche tomó la decisión de aceptar una cinta al lado de Seagal que se filmaría en Alaska. La película se llamó En defensa propia, el único trabajo de Seagal como director de Seagal. Aunque la experiencia fue formidable, Caine se arrepintió de traicionar uno de sus principios: "Si vas a hacer una mala película, al menos hazla en una excelente ubicación".
Tomatazos
Con una mala recepción y un par de películas nada destacables, Caine creyó que era tiempo de decir adiós a su profesión. Sin embargo, Jack Nicholson llegó a su vida para darle a su carrera el empujón que necesitaba. "Nicholson apareció de repente en mi casa con el director Bob Rafelson y un guión. La combinación de los tres era tentadora y decidí dar una última oportunidad a la actuación cinematográfica", dijo Caine a lo que él llamó "la mejor decisión que ha tomado". Sangre y vino dio un aire fresco a su carrera y décadas después, Caine se convirtió en Alfred para las cintas de Batman de Christopher Nolan.
