En la nueva película de Wim Wenders, Días perfectos, el personaje principal, Hirayama, es retratado como un hombre de hábitos arraigados (cuya rutinaria vida recuerda al también monótono Adam Driver en Paterson de Jim Jarmusch). Cada día comienza temprano, meticulosamente arregla su bigote y cuida con devoción sus plantas. Conduce su antigua camioneta al trabajo mientras escucha clásicos del rock de los años 60 y 70, incluyendo a The Rolling Stones, The Kinks y, por supuesto, Lou Reed, en línea con el título de la película.
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El trabajo de Hirayama es limpiar los baños públicos en el distrito Shibuya de Tokio. Su trabajo (fregar, pasar una esponja, cepillar y trapear) no es glamoroso, pero es un servicio importante, y el personaje, interpretado con fría y natural dignidad por la leyenda del cine japonés, Koji Yakusho, lo realiza con la misma conciencia y cuidadosa atención. Detalle que vemos en cada momento de su día.
Los baños son francamente hermosos. Una es una cúpula blanca brillante, como una nave espacial aterrizada. Otro parece un laberinto de tablas de madera. Uno tiene paredes de colores brillantes pero transparentes. Cuando una mujer estadounidense, claramente confundida, pregunta cómo funciona, Hirayama, sin decir palabra, entra y cierra la puerta. El vidrio se vuelve opaco.
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Baños públicos y arquitectura: El escenario único de ‘Días perfectos’
Cada uno de los edificios que aparecen en Días perfectos es un baño público real, parte de un proyecto arquitectónico para renovar las instalaciones en el distrito de Shibuya en Tokio. Cuando la Fundación Nippon inició el Proyecto de Retretes de Tokio en 2018, según el coordinador del proyecto, Yamada Akiko, fue para contrarrestar la imagen de los retretes públicos como "oscuros, sucios, malolientes y aterradores".
Algunos de los arquitectos más importantes del país, entre ellos Ban Shigeru, ganador del prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, y Kengo Kuma, el galardonado diseñador del museo V&A Dundee, reinventaron la idea del baño público con diseños avanzados para 17 WC en Shibuya, no sólo para ser obras de arte sino también estructurada para ser accesible para todos "sin importar género, edad o discapacidad".
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El distrito de Shibuya se puso en contacto con Wenders y le preguntó si estaría dispuesto a realizar un documental sobre el proyecto. Wenders tiene una larga e íntima conexión con Japón. El director alemán cita Cuentos de Tokio, del maestro japonés Yasujiro Ozu, como una de las principales razones por las que se convirtió en cineasta. En 1985 realizó un documental sobre Ozu, Tokyo-Ga. Cuatro años más tarde, hizo Notebook on Cities and Clothes, otro documental ambientado en Japón, sobre el diseñador de moda Yohji Yamamoto.
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Pero para Wenders, responsable de los documentales Pina y El papa Francisco: Un hombre de palabra, el Proyecto de Retretes de Tokio era algo más que arquitectura: se trataba de algo profundo en la cultura japonesa. En lugar de un documental, decidió hacer un largometraje dramático con el Tokyo Toilet Project como núcleo.
"Por un lado, [está] el fuerte sentimiento de 'servicio' y 'bien común' en Japón", dijo Wenders en una entrevista reciente para Deutsche Welle. "Por otro lado, la pura belleza arquitectónica de estos sanitarios públicos. Me sorprendió cuánto los 'retretes' pueden ser parte de la cultura cotidiana, no sólo una necesidad casi vergonzosa", compartió el también director de Siempre te esperaré y Todo saldrá bien.
