En 2023 llegaron películas de directores sumamente reconocidos en Hollywood, como fue el caso de Los asesinos de la luna de Martin Scorsese y Oppenheimer de Christopher Nolan. Otro de los estrenos del año pasado que causaron gran revuelo en los festivales de cine, pero pasaron prácticamente desapercibidas en la temporada de premios fue Ferrari de Michael Mann, el largometraje protagonizado por Adam Driver y Penélope Cruz sobre la empresa que fundó Enzo y Laura Ferrari.
Dicha cinta no tuvo el mismo recibimiento que los proyectos anteriores de Mann, como la aclamada Heat: Fuego contra fuego de 1995, película policíaca con Al Pacino y Robert De Niro al mando del elenco. La filmografía del cineasta estadounidense transita entre el cine y la televisión, y aunque ahora es uno de los grandes nombres de la industria cinematográfica, su carrera inició con algunos cortometrajes y después con una producción bastante interesante.
En 1979, tan solo dos años antes de dirigir Thief con James Caan, Michael Mann comenzó con la realización de largometrajes con un trabajo para la cadena ABC, misma donde Steven Spielberg también inició. Titulada The Jericho Mile, esta película hecha para la televisión mostró a las audiencias el interés del autor por las historias sobre crimen; tanto así, que incluso decidió filmarla en una cárcel de verdad y no en un set u otro lugar distinto.
La primera película de larga duración dirigida por Mann fue Hombre libre, protagonizada por Peter Strauss, Roger R. Mosley, Brian Dennehy y Richard Lawson. Esta historia no es únicamente sobre crimen, sino un relato sobre un prisionero que comienza a entrenar en la cárcel para llegar a competir en las Olimpiadas. El resultado final fue tan bueno que ganó tres galardones en los premios Emmy.
Strauss interpreta a Larry Murphy, un hombre que fue condenado por asesinato luego de disparar a su padre, a quien encontró abusando sexualmente de su hermanastra. Él cumple su sentencia en la prisión de Folsom, donde es apodado como ‘Lickety Split’. Su estancia en dicho lugar es complicada, pues únicamente tiene un amigo, llamado Stiles; es así que Larry se enfoca en correr por el patio del establecimiento y llama la atención de las demás personas.
Su talento para el atletismo provoca que lleven a un entrenador profesional a la cárcel para comenzar su preparación rumbo a las pruebas olímpicas. Incluso le construyen una pista con las mismas dimensiones que las que se usan para dicha competencia, pero lo más interesante de todo es que el también director de Colateral decidió grabar toda la película en una prisión real y que era bastante conocida. Al encontrarse fascinado por lo que veía ahí dentro, trató de reflejar en la película las dinámicas sociales de las que era testigo, además de que los presos también aparecieron en las tomas de la cinta.