Desde los clásicos que cuestionan el concepto del amor vinculado al tiempo (Casablanca de Michael Curtiz y Deseando amar de Wong Kar-Wai) hasta melodramas románticos (Titanic de James Cameron y Diario de una pasión de Nick Cassavetes), pasando por comedias ligeras (El diario de Bridget Jones con Renée Zellweger), hay películas perfectas para este 14 de febrero porque nos recuerdan cómo sonreír, recordar o simplemente anhelar un cálido abrazo.
No obstante, después de sumergirte en esta historia de amor desgarradora, tus emociones estarán tan profundamente conmovidas que celebrar el Día de San Valentín puede parecer una tarea desalentadora. Con un retrato honesto y brutal, y un romance que desafía las convenciones, esta película te llevará a través de un viaje emocional que te dejará reflexionando sobre el verdadero significado del amor y la pérdida.
Triste San Valentín compite fácilmente por el título de la película más deprimente jamás realizada, y ciertamente no es una visión alegre durante la temporada del Día de San Valentín. El drama romántico de Derek Cianfrance explora la relación, de una manera no lineal, entre la estudiante de doctorado Cindy Heller (Michelle Williams) y Dean Pereira (Ryan Gosling), que abandonó la escuela secundaria. Fragmentos caleidoscópicos de sus años juntos se entrelazan, mostrando momentos de absoluta angustia justo después de un recuerdo feliz.
Incentive Filmed Entertainment
Cuando el cine romántico se vuelve desgarrador: ‘Triste San Valentín’
Las cosas empiezan a ponerse aún más agotadoras emocionalmente cuando la película presenta a la hija de la pareja, Frankie (Faith Wladyka), quien los obliga a enfrentar preguntas difíciles sobre su futuro juntos. Aunque muchas audiencias ven a Gosling simplemente como un rompecorazones, ha mostrado un lado mucho más oscuro y brutal en películas como Drive y The Place Beyond the Pines. Es difícil caracterizar a Dean como el mismo tipo de antihéroe que Gosling interpretó en esas películas, pero ciertamente es un personaje profundamente defectuoso al que simultáneamente queremos apoyar.
Triste San Valentín propone un juego elegante con su público. Hay momentos en los que queda claro que no son el uno para el otro, seguidos por la pareja en su momento más alegre y tierno. El sutil trabajo que hacen los protagonistas, tanto el actor de La La Land y Barbie como la actriz de Manchester junto al mar y Los Fabelman, transforma el relato en una de las películas más abiertamente honestas sobre el amor jamás realizadas.
Incentive Filmed Entertainment
Cianfrance hace preguntas agudas, críticas y punzantes al explorar la historia de manera no lineal. ¿Dean y Cindy realmente se aman? ¿Es eso suficiente para mantener una relación? ¿Hay suficientes defectos para poner fin a algo que les ha traído tanta alegría a ambos? Si su relación va a terminar, ¿valió la pena? ¿Eso arroja una sombra sobre los momentos más felices que tuvieron juntos? Nos vemos obligados a hacer estas preguntas en todo momento debido a la edición inventiva.
Es difícil navegar en Triste San Valentín a través de un análisis tradicional debido a su estructura, que es parte del genio y el encanto de Cianfrance. Mostrar esta historia de una manera tradicional conduciría a una trama típica de ascenso y caída que hemos visto antes en innumerables otras historias de “romance condenado”. Esas películas nos obligan a mirar el final de la relación como su totalidad, aunque esté claro que una pareja es mucho más que sus peores momentos juntos.
