Una de las mayores series de todos los tiempos llegó a nuestras salas en 2008 con Bryan Cranston y Aaron Paul como protagonistas. En su trama nos contó la historia de un profesor de escuela que padece cáncer terminal e intenta asegurar el futuro económico de su familia fabricando y distribuyendo metanfetamina.
Además de tener la corrupción de la inocencia y la fragilidad humana expuesta en el mayor extremo de la violencia, la crueldad y el egoísmo como medida de supervivencia, en esta producción tuvimos 5 temporadas llenas de acción, drama y una profunda empatía actoral transmitida por estos talentos bajo la supervisión de Vince Gilligan.
Por supuesto te estamos hablando de Breaking bad que por más de dos décadas se ha posicionado como un referente obligado del mundo del entretenimiento en lo que respecta a guion, fotografía, soundtrack y dirección.
A su actor protagonista, a quien pudimos ver en series como Malcolm el de en medio y recientemente en la polémica cinta de espionaje, Argylle, esta serie le valió el espacio suficiente para demostrarnos su destreza y talento, llevándonos de la emoción al dolor y luego a la locura con el profesor Walter "Walt" Hartwell White.
Por lo tanto, cuando llegamos al final de esta serie que mantuvo nuestra atención puesta sobre White y Jesse Pinkman (Aaron Paul) no solo tenemos la culminación de 5 años de trabajo sino también la consolidación de una historia profundamente atractiva, brillante y magistral que nos refleja cómo el mundo del narcotráfico, la droga y la corrupción puede encontrarnos en cualquier momento de nuestra vida.
Además, dado que es considerado uno de los mejores finales de serie de todos los tiempos y tras su estreno tuvo una nominación a seis premios Primetime Emmy, cabe destacar que el episodio 62 y último de la serie recaudó a 10 mil 28 millones de espectadores entorno a él. Para verlo deberás dirigirte a Netflix donde aún están disponibles todos los capítulos de esta serie bajo servicio de suscripción.