Desde el primer momento en que Hagrid apareció en Harry Potter y la piedra filosofal, llevando en sus brazos al pequeño mago que derrotó a Lord Voldemort, se volvió uno de los personajes favoritos de los espectadores. Interpretado por el fallecido Robbie Coltrane, Hagrid siempre estuvo ahí de forma incondicional para el personaje de Daniel Radcliffe, sin importar cuán peligroso podía ser el momento. Ya fuese llevándole un pastel por su cumpleaños número 11, o huyendo del Señor Tenebroso a bordo de su motocicleta en Harry Potter y las reliquias de la muerte, era seguro que Hagrid estaba listo para proteger a su amigo.
Si bien las películas abordaron parte de la historia de Hagrid, en realidad, poco se dijo sobre la vida del mago semi gigante. Gracias a lo poco que se mencionó en la franquicia cinematográfica, se saben detalles como que Hagrid tenía un hermano menor que cuidada en el Bosque Prohibido, o que era un fanático de las criaturas mágicas como con Buckbeak, el hipogrifo de Harry Potter y el prisionero de Azkaban, o su fiel amigo, el perro Fang.
Gran parte de lo que se mostró de Hagrid en la gran pantalla fue triste, como que no podía hacer un encantamiento Patronus porque simplemente no contaba con recuerdos lo suficientemente felices como para invocar la protección contra los dementores. Otro asunto lamentable que se vio en las películas de Harry Potter, aunque no se desarrolló de forma explícita, fue que Hagrid no tenía una varita, sino que usaba otra herramienta para hacer magia.
La razón por la que Hagrid no tenía varita mágica se trató brevemente en Harry Potter y la Cámara Secreta, cuando Harry ve las memorias del diario de Tom Ryddle. Cuando Hagrid cursaba el tercer año en Hogwarts, un joven Lord Voldemort lo acusó falsamente de abrir la Cámara de los Secretos y de ser el asesino de Myrtle. Riddle dijo que la mascota de Hagrid, la araña Aragog, era el monstruo responsable del terror en el colegio.
Todos, excepto Albus Dumbledore, le creyeron a Riddle y como consecuencia, el Ministerio de Magia le otorgó como castigo romper su varita, además de abandonar para siempre sus estudios. Afortunadamente, Dumbledore le permitió guardar los fragmentos de su varita en un paraguas de color rosa, ya que las piezas todavía poseían parte del poder original. Si bien Hagrid sabía hacer magia, al no graduarse, no podía realizar hechizos complejos como prender la chimenea o hacerle una cola de cerdo a un escurridizo Dudley.