Arnold Schwarzenegger llegó a la pantalla grande a principios de los años 80 con una producción de grande escala: Conan el Bárbaro. Producida por la familia De Lautentiis y con Oliver Stone como guionista, el actor austro-estadounidense se unió a un elenco que estaba integrado por nombres como James Earl Jones y Max Von Sydow, así que su entrada al estrellato cinematográfico no fue con cualquier papel.
Dos años más tarde, el actor interpretaría el papel más recordado de su carrera gracias a la visión del cineasta canadiense James Cameron. Figurando como el T-800 Modelo 101, Schwarzenegger se convirtió en el ícono del cine de acción al aparecer en Terminator, coprotagonizando la cinta con Linda Hamilton y Michael Biehn. Esta producción lo volvió una de las celebridades más famosas de Hollywood, pero ni su estelaridad logró que consiguiera uno de los personajes de sus sueños.
Pareciera que el actor lo tenía todo en la vida, pues incluso fue seleccionado como gobernador del estado de California, pero hubo un papel que le emocionaba interpretar y le fue arrebatado de las manos. Eso sí, no se lo robó Sylvester Stallone, sino que simplemente el traje no le quedó como los productores esperaban. En 1987 el intérprete tenía ganas de personificar a un guerrero robótico de la ciencia ficción, sólo que en vez de Terminator, se trataba de uno creado para otra saga.
Luego de ver su historial en el cine de acción, Schwarzenegger lucía como la opción perfecta para interpretar a RoboCop y aunque estuvo en pláticas para asegurar el papel, todo se terminó luego de una prueba de vestuario. Esto es revelado en la serie documental Las películas que nos formaron, pues ahí se revela que el protagonista de Los indestructibles 2 se reunió en más de una ocasión con Mike Medavoy, jefe del estudio, para platicar sobre su participación en la película y negociar.
Sin embargo, una vez que probó el traje de robot todos perdieron la ilusión sobre su aparición en el proyecto. Las dimensiones del traje y la corporalidad del actor de El regalo prometido lo hacían lucir como un muñeco Michelin, así que los productores decidieron darle las gracias a Arnold por su interés y comenzaron la búsqueda de un actor más pequeño para el papel. Fue así que consiguieron que Peter Weller interpretara al mítico personaje y el resto es historia.
A pesar de no poder colaborar en la legendaria cinta, Schwarzenegger continuó protagonizando la saga de Terminator y logró que su regreso como el justiciero del futuro en Terminator 2 se volviera uno de los mayores éxitos de su carrera tras su estreno en 1991. Tal vez si hubiera participado en la cinta de Paul Verhoeven, su triunfo en la otra saga no habría sido el mismo. ¿Te imaginas al fisicoculturista portando el traje de RoboCop?