A pesar de ser una temporada tranquila para el género de terror, hay un largometraje argentino que está dando de qué hablar en todo el mundo, demostrando el nivel de calidad que puede tener el cine latinoamericano. Nos referimos a Cuando acecha la maldad de Demián Rugna, quien ya había recibido elogios de la crítica con películas como Aterrados y Satanic Hispanics.
Premiado en el prestigioso festival de Sitges, el año pasado, el film por fin llegó a cines mexicanos, sorprendiendo a la audiencia con su frenética historia con toques gore. Una propuesta que rompe con las gastadas narrativas de exorcismos, posesiones y seres demoníacos. A pesar de pasar desapercibida entre el público, hay una escena que se ha hecho viral en redes sociales debido a su brutalidad, la cual ha servido como gancho para atraer a otras personas a este escenario desolador.
Todo comienza con la aparición de un “embichado” en un pueblo remoto, y desde los primeros minutos queda claro que se trata de una persona poseída por un demonio. Conscientes de esto, los hermanos Pedro (Ezequiel Rodríguez) y Jaime (Demián Salomon) deciden deshacerse de la plaga antes de que sea tarde. El infectado debe morir y con ello, su maldición. Sin embargo, hay ciertas reglas que han ignorado.
Pronto la maldad comienza a esparcirse en todo lo que está vivo y una vez que entra a un organismo este queda condenado, cometiendo toda clase de atrocidades. Una especie de posesión múltiple que intentaron ejecutar producciones como El exorcista del Papa o Exorcista: Creyentes; pero ninguna logró el nivel de horror como lo hace Rugna, quien no perdona mascotas ni niños, es por ello que una de sus escenas ha generado tanta incomodidad. (Estamos a punto de darte spoilers).
Si ya te has topado con esta escena, entonces es probable que ya estés advertido. Guiado por el miedo, Pedro llega a la casa de su ex esposa Sabrina (Virginia Garófalo), quien ha construido su familia con otro hombre, por lo que no es alguien bienvenido en su nuevo hogar. Intentando convencerlos del peligro, comienza una fuerte discusión y los tres dejan de prestar atención a lo que ocurre alrededor de ellos.
La pequeña Vicky (Lucrecia Nirón Talazac) está sentada junto a un enorme y adorable perro que ya es parte de la familia. Minutos antes, el gran peludo había olfateado la ropa de Pedro, contrayendo la maldad. El perro, poseído por sus instintos salvajes, ataca a Vicky y la arrastra debajo de la mesa del comedor, como si fuera cualquier juguete y la muerde sin piedad, mientras Santino (Marcelo Michinaux), su hermano, observa todo e intenta detener al animal. Una escena sin escrúpulos que ha horrorizado a cientos de espectadores, una decisión que algunos cineastas prefieren dejar en la censura.
Si bien, puede ser una escena muy cuestionable, Rugna explicó en una entrevista con La Jornada por qué su película, ya disponible en cines, tiene ese tono tan violento: “son honestas con el relato fantástico y de terror, que tiene que apelar a lo peor de nosotros y no ser políticamente correctas; tienen algo de transgresoras porque el arte debe serlo, porque cuando el arte se vuelve políticamente correcto, con un fin comercial, se desvirtúa su fin. Mi transgresión y brutalidad en mis películas es pensando en el público; siempre pondré el guion por encima de lo visual”, concluyé. ¿Estás listo para ver esta escena?