Aunque el actor belga Jean-Claude Van Damme es reconocido por hacer gala de sus habilidades marciales en pantalla mientras interpreta a algún personaje de acción, su salto a la fama dista mucho de una introducción similar. En 1987 llegó a las pantallas la película Depredador combinando ciencia ficción y mucha adrenalina, en ella Van Damme estuvo a nada de iniciar una carrera como doble de acción, pero fue su sentido de la dignidad lo que le hizo retirarse del proyecto y así comenzar su verdadera trayectoria.
Antes de convertirse en León el Luchador o ser el protagonista de Máximo Riesgo en 1996, Van Damme alternaba sus empleos como repartidor de pizza o taxista mientras probaba suerte con papeles secundarios en algunas cintas, de ellos sólo destaca su papel como villano soviético en Retroceder nunca, rendirse jamás.
Para 1987, a la sombra del lanzamiento de Depredador con la dirección de John McTiernan, el iniciado en la actuación tendría su primer papel en una película de gran presupuesto. Como doble de acción compartiría película con el mismísimo Arnold Schwarzenegger. Sin embargo, el papel no era lo esperado porque, aunque Van Damme encarnaría al misterioso cazador alienígena, el diseño inicial del depredador era muy diferente a lo que hoy conocemos.
El problema de diseño en Depredador
Cuando el experto en artes marciales fue elegido para ser el Depredador, se mostró bastante ilusionado por el proyecto, pero este optimismo se vio eclipsado por los desafíos que representaba portar el traje del extraterrestre. Van Damme debía utilizar un traje y una prótesis que se asemejaban más a una especie de reptil o insecto que a un peligroso ser proveniente de otro planeta.
Además, para muchas escenas era requisito del productor Joel Silver, que Van Damme se colocara una versión de ese traje en color rojo intenso para “facilitar” el trabajo de postproducción cuando el depredador utilizara su tecnología de camuflaje. El traje rojizo y la prótesis resultaron ser muy incómodas para el actor, quien debía saltar y luchar en medio de la selva debajo del atuendo en condiciones extremas, así declaró Jean-Claude Van Damme para The Hollywood Reporter:
Era una pesadilla, el traje estaba hecho de goma y hacía mucho calor en México. La gente se desmayaba y yo estaba allí sudando. Luego pusieron un tubo de aire acondicionado y entonces hacía demasiado frío, demasiado calor, demasiado frío
La falta de visibilidad, limitación de movimientos e incomodidad hicieron de este trabajo un verdadero desafío y eventualmente la presión del productor junto a las burlas del equipo hicieron que el actor tomara la decisión de darse la vuelta y marcharse, después de una fuerte discusión con Joel Silver, claro está.
De doble de acción al protagonismo
Muchos podrían pensar que esta decisión marcaría el fin de la carrera de Van Damme, pero al contrario se convirtió en el trampolín a su estrellato. Cambió el incómodo traje por las katanas y demás aditamentos necesarios para ser el protagonista de Contacto Sangriento que, si bien era una producción relativamente más pequeña, era él quien destacaba.
A partir de ahí logró combinar sus habilidades marciales con una presencia carismática en la pantalla y se hizo acreedor del papel principal en películas como Kickboxer, Soldado Universal y Doble Impacto consolidándose como un ícono del género.
Como beneficio adicional, con la salida de Van Damme del proyecto, la productora de Depredador buscó la ayuda del maestro de efectos especiales Stan Winston y así lograron rediseñar a la criatura espacial a lo que finalmente observamos en pantalla no en una, sino varias películas que conforman su universo cinematográfico.