Las películas de gánsteres es uno de los géneros favoritos de muchos directores, entre ellos, Quentin Tarantino. El cineasta norteamericano es una persona que fue marcada profundamente por las películas que mostraban las historias del crimen organizado y es innegable que algunas de sus grandes obras como Kill Bill, Tiempos violentos y Perros de reserva, están llenas de referencias a sus ídolos en el género.
El amor de Tarantino por esta categoría es grande y a lo largo de los años ha hablado extensamente sobre su pasión por el género de gánsteres. Él mismo ha contribuido al mundo de las películas policiales de numerosas maneras, con un estilo reconocido para mostrar la violencia de los enfrentamientos entre facciones de criminales y héroes.
Como un experto en el tema, en una ocasión, Tarantino habló con el American Film Institute para enumerar los elementos esenciales de una película de gánsteres, según su propia visión. El cineasta ha manifestado su interés en hacer una película de gánsteres al estilo de los años 30, y muchos especulan que podría ser su proyecto final. En general, para Tarantino, cualquier película de gánsteres debe tener una buena historia que sea "una especie de parodia del sueño americano". Sobre todo, existe una cinta que para él es la mejor historia de gángsters de todos los tiempos.
Cuando a Quentin Tarantino, que entonces todavía trabajaba en un videoclub, se le ocurrió la idea de escribir un guión para una película sobre gánsteres que dan un golpe de Estado, supo que tenía que volver a ver Rififi. Como él mismo lo dijo en una entrevista, Rififi fue la primera de varias películas que se llevó a casa del trabajo en búsqueda de inspiración y preparación para sus propios proyectos.
¿De qué va Rififi? Tony Le Stephanois (Jean Servais) ha cumplido una condena de cinco años en prisión y una vez libre, se reúne con sus viejos amigos, Jo Le Suedois (Carl Möhner) y Mario Ferrati (Robert Manuel). Ellos le proponen llevar a cabo una labor importante: robar la joyería “Mappin & Webb Ltd.” de París. Sin embargo, el recién hombre liberado decide negarse a la petición de sus compañeros ya que intenta dejar su pasado en el crimen y rehacer su vida.
Todo cambia cuando vuelve a ver a su amada Mado (Marie Sabouret) y se entera que ha estado con uno de sus contrincantes, un gánster de nombre Louis Grutter (Pierre Grasset). Enfurecido, Tony decide dejar la idea de una vida honesta para involucrarse en el robo, conseguir dinero fácil y rápido, y así recuperar el lugar que tenía antes de ser encarcelado. Tony y sus amigos planearán cada detalle del atraco para evitar un error en el proceso.