Para todos los que crecimos con las aventuras de Woody, Buzz, Jessy y compañía, la conclusión de Toy Story 3 fue una de las más significativas para nuestra generación. Sin embargo, de acuerdo al guionista de esta entrega, Michael Arndt, este emotivo cierre pudo haber sido más bien una cómica carrera a contrarreloj entre los personajes.
Es cierto que la película de Pixar dirigida por Lee Unkrich contiene muchos momentos divertidos con nuevos personajes que conocemos en la guardería Sunny Side como Ken en la voz de Mike Amigorena con todos sus atuendos espectaculares o Lotso, el oso de peluche con aroma frutal a quien Octavio Rojas da vida en el doblaje latino.
Si algo caracteriza a este filme es su carga emocional tan intensa, especialmente en dos momentos hacia la conclusión. El primero sucede cuando los juguetes con quienes crecimos están a punto de ser incinerados, después se salvan de este destino, sólo para que Andy se despida de ellos uno por uno antes de partir a la universidad. No hay manera de ver estas escenas sin soltar una lagrimita o por lo menos sentir como se apachurra un poquito el corazón.
En lugar de esto, imagina un final al estilo de Disney Speedstorm en el que los amigos inseparables deben participar en una caótica carrera con vehículos de juguete para alcanzar a Andy antes de que se vaya a la Universidad. Así lo describe Michael Arndt en una entrevista para el podcast Script Apart:
Al final de la película se dieron cuenta de que Andy se iba a la universidad en unos diez minutos y no tenían tiempo de llegar a la casa. Para poder llegar deciden coger un coche, una moto y un avión de juguete. Cuando todos se montan en sus respectivos vehículos se dieron cuenta de que controlaban los diferentes a los suyos. Al final todo es una especie de carrera cómica hasta el final donde tienes un reloj en contra tuya, mientras Andy está a punto de irse a la universidad. Los juguetes se estrellan contra la habitación de Andy justo cuando él sube las escaleras, y encuentra sus juguetes allí antes de irse.
Aunque esta idea suena bastante divertida y llena de acción, el legado que deja el final definitivo para la tercera entrega de Toy Story cuando los juguetes encuentran un nuevo hogar, y por lo tanto, otro propósito con Bonnie es un cierre ideal para una de las películas favoritas de Pixar. ¿Tú qué opinas?