¿La mejor serie de anime de todos los tiempos? Para muchos, la respuesta podría ser la creación de Akira Toriyama. Dragon Ball y Dragon Ball Z han hecho felices a muchas generaciones de fanáticos alrededor del mundo, además de estar lleno de lecciones de las que todos podemos aprender. El próximo año, el anime cumplirá 40 años de haber debutado y para la celebración, Toriyama tendrá dos nuevos lanzamientos: Dragon Ball Daima y Sand Land.
Todo en Dragon Ball es icónico. Desde el peinado en forma de pico que los guerreros Saiyajin tienen (a excepción de uno), los uniformes de color naranja que pertenecen a la Escuela de la Tortuga del Maestro Roshi, y por supuesto, frases legendarias como "Nunca te lo perdonaré", que se han convertido en parte de la cultura popular. Con todos los elementos que hacen de Dragon Ball especial, probablemente, uno destaque del resto.
Los ataques insignia de Goku han sido el Kamehame y la Genkidama. Con el primero, el Saiyajin acumula una bola de energía en sus manos para luego lanzarla a sus enemigos; mientras que con la segunda técnica, el guerrero es capaz de acumular una enorme masa de energía proveniente de muchas fuentes de vida, para convertirse en un devastador ataque. Ambas han aparecido en múltiples ocasiones a lo largo del anime y aunque son muy útiles para el combate, existe otra técnica de lucha que es más fuerte, tanto, que ni siquiera Goku ha logrado dominarla por completo.
Hablamos del famoso Hakai. Con la secuela de Dragon Ball Super, los fanáticos fueron testigos de nuevas técnicas poderosas y formas Saiyajin como Super Saiyajin Dios, Super Saiyajin Blue y el estado Ultra Instinct que logró Goku durante el Torneo de Poder. En la fase de Ultra Instinto, que también se llama el "estado de los dioses", Goku es sumamente poderoso, aunque no puede dominar el ataque más poderoso, el Hakai, que principalmente los dioses de la destrucción dominan y utilizan por completo.
Hakai es una técnica que permite al usuario borrar permanentemente la existencia de una persona o cosa. Esto significa que el alma de la persona no es enviada al más allá, sino que simplemente desaparece y deja de existir. Esta habilidad les da a los Dioses de la Destrucción la capacidad de acabar con planetas enteros y estar a la altura de sus títulos. Sin embargo, hay un problema: los inmortales no pueden ser eliminados con esta técnica. Cuando Goku logra usar Hakai en su forma Super Saiyajin Blue, sólo hiere parcialmente a su enemigo, ya que para dominar la técnica se requiere una concentración extremadamente precisa en la destrucción pura.