El niño y la Garza es el más reciente largometraje del director Hayao Miyazaki, mente maestra de importantes títulos como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro y El Castillo Vagabundo. De la mano del productor y co-fundador de Studio Ghibli Toshio Suzuki, el creador de 82 años presenta una de sus producciones más personales en su extensa trayectoria hasta la fecha.
Con la influencia y el éxito de Studio Ghibli en el mundo del cine y la cultura popular, no es de extrañarse que la nueva entrega de Miyazaki se convirtiera en un éxito total, recaudando hasta el momento $122M en taquilla a nivel mundial. Además de contar con diferentes proyecciones internacionales por los más prestigiosos festivales de cine y comenzado a perfilarse como una de las favoritas del ciclo de premiaciones del próximo año.
Pero, al igual que Pinocho del director mexicano Guillermo del Toro, El niño y la Garza sorprendió por su manera de abordar temáticas bastante humanas, como lo es el duelo, la soledad y la perdida. Algo que podemos atribuir a que la historia se vio influenciada durante su desarrollo, con una de las perdidas más fuertes del director japonés: la muerte Isao Takahata, quien fue uno de los tres fundadores de Studio Ghibli, y mejor amigo del Miyazaki.
Sin embargo, el abordar una perdida tan personal y dolorosa dentro de una de sus creaciones no resultó nada incómodo para el legendario director, o al menos eso es lo que revela el productor Toshio Suzuki en entrevista con Sensacine Latam: “Siempre nos hemos esforzado por crear obras que resalten la individualidad del autor o creador”.
'Como resultado, podemos decir que la visión del mundo de Ghibli está establecida, pero todo se debe a la forma de pensar y experimentar de los directores. Por lo tanto, aunque este trabajo sea de lo más personal, no existen molestias', añade.
Cabe mencionar que esta no es la primera ocasión que el estudio japonés aborda temáticas que pueden ser incómodas y conmovedoras para la audiencia, como podemos ser testigos en producciones como Porco Rosso o La Tumba de las Luciérnagas, pero no deja de llamar la atención que el director de El castillo en el cielo decidiera plasmar la relación de 48 años con sus dos mejores amigos y colegas, Takaha y Suzuki; además de reflejarse en su protagonista de 12 años, Mahito.
Esto vuelve a traer a la mesa el eterno cuestionamiento sobre la percepción del público general y la industria sobre los largometrajes de animación y la audiencia infantil. El cual, durante los últimos años, diversos creadores como el director de Spider-Man: un nuevo universo o el ya mencionado director de La cumbre escarlata, han promovido como absurdo o hasta limitante para los creativos involucrados en el género.
Sobre esta conversación, Suzuki confiesa que nunca ha visto de manera diferente las producciones animadas sobre las versiones live action, pero que el hecho de que sus colegas busquen que los estereotipos sobre este género cambien, es una gran ventaja para el futuro de todos los animadores y creadores dentro de esa gran industria.
'Los creadores que han crecido viendo animación son ahora el centro de la producción cinematográfica. Para ellos, la idea de que el género solo es para niños ha desaparecido y esto es bueno, ya que lleva a que nuestros trabajos sean vistos y evaluados por más personas que antes', comparte.
No te pierdas la nueva aventura del maestro de la animación Hayao Miyazaki, El Niño y la Garza, la cual ya se encuentra disponible en diversas salas de cine de México, en idioma original y doblaje al español con voces de los actores Emilio Treviño, Alfonso Herrera y Elizabeth Infante.