El mundo mágico de Harry Potter es muy diferente de la realidad que viven los muggles. Desde las primeras páginas de Harry Potter y la piedra filosofal, J.K. Rowling detalló en la novela las disparidades que existen entre los magos y brujas y los seres no mágicos. En especial, tanto los libros como las películas han dejado claro que aunque Albus Dumbledore y los Weasley son respetan a quienes no practican la magia, otros como Lord Voldemort (Ralph Fiennes) los odian abiertamente.
Aunque hay algunas cosas en que los magos y los muggles difieren y celebran, existe una fecha especial que por alguna razón ambas facciones festejan: la Navidad. Si recuerdas bien cada escena de las películas de Harry Potter, probablemente habrás notado que los magos tienen una fascinación por celebrar la Navidad, con el Gran Comedor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería repleto de adornos y decoraciones navideñas, velas flotantes y luces que parpadean. De hecho, los estudiantes tienen un descanso con motivo de las fiestas de Navidad para pasar tiempo con sus seres queridos y hasta reciben regalos, como el obsequio que la señora Weasley le da a Harry cada año.
Más aún, en Harry Potter y la Orden del Fénix, el personaje de Daniel Radcliffe da su primer beso a Cho Chang gracias a un muérdago, según la tradición de que las dos personas que se encuentren debajo de uno deben compartir un momento así. Si realmente lo piensas, la Navidad en Hogwarts no tiene ningún sentido. ¿Por qué los magos celebrarían una festividad con raíces cristianas? Un potterhead parece haber encontrado una posible respuesta.
La teoría de un fanático sugiere que Jesús era un mago en el universo de Harry Potter. En el sexto año de Harry en Hogwarts, Hermione convierte el vinagre en vino durante la clase de Encantamientos, algo equiparable con las hazañas de Jesucristo. Hermione también demuestra en el séptimo libro, Harry Potter y las reliquias de la muerte, que puede multiplicar cualquier alimento con un simple hechizo. Esto bien podría haber sido realizado por Jesús si también tuviera conocimientos de magia.
Si una persona no mágica viera a alguien levitando personas o conjurando fuego, bien podría pensar que se trata de un milagro, aunque para alguien de la comunidad mágica, sería algo muy normal. Es posible que las reglas de la magia durante los tiempos de Jesucristo no habían sido totalmente codificadas, por lo que muchos la practicaban abiertamente. Quizás Jesús sabía que era un mago y pensó que era su deber era ayudar a las personas no mágicas que lo rodeaban, como curar a los enfermos o dar alimento a los más necesitados.