Cada director, que busca consolidarse como autor, tiene su tropo distintivo, y para Zack Snyder, ese tropo toma la forma de representaciones cinematográficas de figuras mesiánicas. Así como J.J. Abrams (con su característico "destello de lente"), Alfred Hitchcock (con sus intrincados relatos de suspenso) o Christopher Nolan (y sus complejas tramas cuánticas), Snyder ha forjado su propio camino en la narrativa audiovisual contemporánea. La impronta de Snyder no solo se define por su enfoque estilístico y visual de la violencia, sino también por su hábito de introducir personajes de manera evocadora y bíblica.
Zack Snyder y sus referencias a la figura de Jesucristo
Independientemente de cómo se interprete la historia de Jesucristo, su figura ha persistido a lo largo de los siglos como un arquetipo destacado: un salvador altruista que se sacrificó voluntariamente por el bien de la humanidad. En la era moderna, asumir el papel del propio Jesucristo se ha vuelto delicado (como lo evidencian La última tentación de Cristo de Martin Scorsese y La pasión de Cristo de Mel Gibson), y es más común ver personajes no directamente vinculados adoptando sus cualidades, evocando la mitología cristiana sin abordar la pasión de Cristo.
En este sentido, Snyder ha recurrido al simbolismo religioso para infundir grandeza. El director de La liga de la justicia y El ejército de los muertos tiende a envolver a sus héroes y villanos en imágenes y metáforas cristianas, aunque estas no siempre se ajustan perfectamente a la trama. En 300, por ejemplo, Xerxes (Rodrigo Santoro) dista mucho de la humildad y humanidad de Jesucristo, pero como rey de Persia se hace pasar por un dios todopoderoso, redentor y salvador. Sin embargo, Leonidas (Gerard Butler) se encarga de demostrar la mortalidad del gobernante persa y lo expone como un falso dios.
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En Watchmen, los vigilantes son adorados por algunos y temidos como una amenaza potencial por otros, y entre ellos destaca Doctor Manhattan (Billy Crudup), quien se aísla cada vez más de la humanidad, mudándose a otro planeta. Este traslado al espacio exterior se equipara a la ascensión a los cielos de Cristo, mientras que Manhattan, al albergar una dualidad (el hombre mortal y el hombre de brillo azul), es también una alegoría de la hipóstasis (sustancia humana y sustancia divina) de Jesucristo.
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El comentario más abiertamente cristiano en la filmografía de Snyder se encuentra en El hombre de acero. Superman es un superhéroe todopoderoso y un faro de esperanza, y aunque las comparaciones religiosas ciertamente están allí, rara vez se vincularon de manera tan explícita. Tanto en la película de 2013 como en Batman v Superman: El origen de la justicia de 2016, Snyder traza muchos paralelismos entre el superhéroe y el dios cristiano. El personaje de Henry Cavill tiene 33 años (la misma edad que Jesús cuando murió crucificado en la cruz), y sus seguidores se reúnen para tocar a su Salvador Kryptoniano.
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El arco de Superman es la historia bíblica de Jesucristo, pero condensada y con más golpes. Su nacimiento se considera un milagro en Krpyton, donde la reproducción se ha vuelto escasa, y su sacrificio contra el día del juicio final es la última entrega de la humanidad del pecado antes de la resurrección de la Liga de la Justicia. Además, vemos constantemente a Clark formando físicamente una cruz, anunciando visualmente su fatídico destino.
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Finalmente, en Rebel Moon, su más reciente película disponible en Netflix, Snyder presenta a Kora (Sofia Boutella). A pesar de haber vivido tranquila en una comunidad agrícola en Veldt durante cuatro años, la protagonista posee habilidades letales y un enigmático pasado. Consciente de la amenaza mortal del Imperio, Kora asume el papel de líder y emprende la búsqueda de guerreros, evocando reminiscencias de los apóstoles y seguidores de Cristo, para defender su nuevo hogar.
