A lo largo de casi dos décadas desde su lanzamiento, Chicas pesadas continúa siendo un fenómeno cultural ampliamente reconocido y referenciado en diversas esferas, desde Jennifer Lawrence hasta Barack Obama. Dirigida por Mark Waters en 2004, la película se ha convertido en un ícono de la cultura pop, simbolizando la astucia, la ironía y la relevancia atemporal que caracterizan a las películas que trascienden su tiempo y generación.
La trama es sencilla: Cady Heron (Lindsay Lohan), de 16 años, que anteriormente había sido educada en casa, asiste a la preparatoria por primera vez. Ahí le advierten que no debe de acercarse a Regina George (Rachel McAdams), Gretchen Wieners (Lacey Chabert) y Karen Smith (Amanda Seyfried), las niñas más lindas y populares de la escuela, pero también las más malas.
Para una comedia juvenil ambientada en la escuela preparatoria, el hilarante guión de Tina Fey era inusualmente astuto y provocativo. Replicando el doble discurso adolescente con brillante autenticidad, el diálogo estaba lleno de situaciones espontáneas y divertidas, lo que explica su perdurabilidad hasta nuestros días. No sólo ha generado una gran cantidad de memes y gifs, sino que algunas frases se convirtieron en un lenguaje común entre sus seguidores.
Rosalind Wiseman contra Tina Fey: Detrás de las cuotas impagas de la comedia adolescente
La escritora detrás del material original de Chicas pesadas emprendió acciones legales contra Tina Fey y Paramount por lo que ella llama "cuotas impagas" por el éxito continuo de la franquicia. Rosalind Wiseman, autora del libro Queen Bees and Wannabes, que de alguna manera inspiró el guion de la película, firmó un acuerdo para vender sus derechos cinematográficos en 2002 por 400 mil dólares.
Si bien renunció a todos los derechos sobre películas originales y trabajos derivados, incluidos musicales y programas de televisión, el contrato de Wiseman incluía ganancias netas, ganancias residuales que dependían de cómo le vaya a la película en taquilla. Sin embargo, la escritora afirma que su estudio ha insistido en que no ha obtenido beneficios netos, sino que ha acumulado tantos costes adicionales que no tiene ingresos para compartir con ella.
Wiseman, al no estar convencida de esa situación, solicitó más compensación ya que su trabajo "ha cambiado nuestra cultura y el espíritu de la época", dijo al New York Post "Sí, tuve un contrato terrible, pero la película ha generado mucho dinero y siguen reciclando mi trabajo una y otra vez, así que ni siquiera me consideran". Dijo que "la hipocresía es demasiada", y agregó: "A lo largo de los años, Tina ha hablado muy elocuentemente sobre el apoyo de las mujeres a otras mujeres, pero cada vez me queda más claro que, en mi caso personal, esa no será la experiencia".