En la década de los ochentas surgieron grandes clásicos de terror que hasta la fecha siguen fascinando en la audiencia, como es el caso de The Shining, Pesadilla en la calle del infierno, La Mosca o El regreso de los muertos vivientes, sin embargo, hubo una película que a la fecha es considerada la máxima exponente del body horror, con una trama repleta de desmembramientos, fluidos y criaturas nunca antes vistas.
Aunque en la actualidad es considerada una obra maestra, en su momento, el film no tuvo un buen reconocimiento en taquilla con una recaudación de 20 millones de dólares, cuando su presupuesto fue de 15 millones, incluso la crítica arremetió contra ella, provocando que el director fuera descartado de otros proyectos. El tiempo actuó a favor de la película y parte de su éxito se debió al trabajo magistral de Rob Bottin, encargado de los efectos especiales y el maquillaje, pero sobre todo, por su siniestro final.
El film se ambienta en la Antártida, donde un grupo de investigadores se encuentran con una forma de vida alienígena parasitaria que imita a otros organismos. Aislados y limitados como consecuencia de las condiciones climatológicas, el grupo rápidamente es consumido por la paranoia.
Por supuesto, hablamos de The Thing, la película de John Carpenter, quien un par de años antes, ya había ganado la atención del público con Halloween. El director supo aprovechar los recursos del paisaje para generar un ambiente asfixiante y de horror puro. Pero si algo hay que destacar es su final, que si no lo has visto será mejor que vuelvas después.
Luego de que el extraterrestre exterminará al resto del equipo de investigación, solo MacReady (Kurt Russell) y Childs (Keith David) sobreviven, entonces ocurre la pregunta ¿Cuál de los dos es el invasor alienígena? Luego corte a negro, dejando al espectador en incertidumbre. Esta decisión se la debemos a su protagonista quien intervino en el guión.
En una entrevista con Josh Horowitz del podcast Happy Sad Confused, Russell contó como él y el director reflexionaron durante mucho tiempo sobre el final, que ya podrás ver en Amazon Prime Video: “Intercambiamos ideas para el final, lo escribimos y fue una de esas cosas que a John le preocupaba hacer una película que ves durante más de dos horas y que te lleva de vuelta al principio”, compartió.
“Finalmente llegamos a un punto en el que estábamos probando cosas diferentes y recuerdo que finalmente dije: ¿Qué tal esto? Lo intentamos y dije: John, creo que esto se remonta al principio. Creo que eso es todo. Lo único que podía hacer era terminar con ¿Por qué no nos sentamos aquí un rato y vemos qué pasa? para terminar. Eso funcionó”. Por supuesto la decisión fue poco habitual para la época, pero lograba resolver la historia satisfactoriamente, incluso ha permitido que Carpenter consideré una secuela porque técnicamente seguían vivos ¿o no?