El género cinematográfico de los superhéroes no siempre tuvo la fama del Universo Cinematográfico de Marvel. Antes de que Iron Man y Capitán América: El primer vengador llenaran de fanáticos las salas de cine y acumularan grandes ganancias, los superhéroes no siempre eran tan exitosos. A excepción de la franquicia de X-Men, en su gran mayoría, las cintas protagonizadas por seres con grandes poderes no solía ser un fenómeno tan grande.
En el caso de DC Comics, las cosas eran aún peor. En 2006, Warner Bros. intentó revivir al "Hombre de Acero" trayendo a Superman regresa a salas de cine. La cinta era una secuela alternativa a las películas de 1979 y 1981, de Superman y Superman II: La aventura continúa con Christopher Reeve. Protagonizada por Brandon Routh como el kriptoniano, Superman regresa obtuvo buena respuesta por parte de la crítica, sin embargo, esto no fue suficiente para dar continuidad a una franquicia completa.
Todo cambió en 2009 con Zack Snyder. Hasta ese momento, el aclamado cineasta ya se había ganado un lugar dirigiendo El amanecer de los muertos y 300, la historia del rey espartano Leónidas (Gerard Butler) y sus guerreros. A finales de los 2000, una cinta distinta de superhéroes, a cargo de Snyder, llegó a la gran pantalla, y aunque no logró tener el éxito esperado, hoy es considerada una de las mejores películas dentro del género. Para cineastas como Christopher Nolan, esta cinta "estaba adelantada a su tiempo".
Hablamos de Watchmen: Los Vigilantes, basada en la novela gráfica homónima de Alan Moore. Aunque la prensa alabó el trabajo de Snyder, para muchos, la cinta tenía "una estructura narrativa que podría ser complicada para los espectadores que no estaban familiarizados con el material original". Con un presupuesto de 130 millones de dólares, Watchmen: Los Vigilantes sólamente logró acumular 185 millones en taquillas. Con el paso del tiempo, la película ha obtenido el crédito que merecía.
En una versión de 1985, donde un grupo de vigilantes, llamados a sí mismos Watchmen, se han consolidado para trabajar de la mano del gobierno norteamericano. Richard Nixon ha ganado la Guerra de Vietnam y ha derogado la Constitución para ser reelecto como presidente por un tercer mandato. Sin embargo, tras algunos incidentes públicos problemáticos, Nixon ha redactado la ley Keene, donde prohíbe las actividades de vigilantes, por lo que el grupo se retira y trata de seguir con sus vidas.
Una noche, Edward Blake, antiguo justiciero, mejor conocido como el Comediante, sufre un ataque y es asesinado, siendo lanzado de su propio departamento. Uno de los vigilantes renegados, Rorschach, que se ha mantenido operando en la clandestinidad, decide iniviar una investigación sobre las causas del asesinato y el probable responsable, poniendo en alerta al resto de los integrantes de su equipo. Cada uno con sus propios problemas para adaptarse a una sociedad que los ha rechazado, deberá enfrentar una conspiración mayor que amenaza con una guerra nuclear y el probable fin de la humanidad.