Gary Oldman es un actor impresionante. Gracias a su enorme talento y gran versatilidad, el británico ha interpretado toda clase de personajes a lo largo de su amplia trayectoria. Desde ser el vampiro más famoso en Drácula, de Bram Stoker, el principal antagonista en la película El perfecto asesino, o aparecer en El quinto elemento junto a Bruce Willis, Oldman tiene una de las carreras más prolíficas de todo Hollywood.
Sin embargo, no todo ha sido fácil para el actor de Sid y Nancy. Su vida personal se vio afectada poco después de cumplir 40 años, algo que también cobró factura en el ámbito profesional. A inicios de la década de los 2000, Oldman se encontraba atravesando un divorcio de Donya Fiorentino, su entonces pareja, con quien había estado cinco años y tuvo dos hijos. Tras ser acusado por Fiorentino de agresión doméstica, Oldman fue investigado y absuelto, recibiendo la custodia exclusiva legal y física de sus dos hijos menores.
Luego de la batalla legal, y la atención de los medios de comunicación, su trabajo como actor se vio perjudicado. El camino posterior no fue fácil para Oldman, especialmente con dos menores de edad a su cargo y una carrera tan exigente que le demandaba estar en diferentes lugares. Sin embargo, fueron las franquicias de Batman y Harry Potter las que le salvaron la vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Así lo reveló el famoso actor en The Drew Barrymore Show.
"A los 42 años, me desperté divorciado y tenía la custodia de mis hijos. Fue difícil porque hubo un cambio en la industria donde muchas producciones se estaban filmando en Hungría, Budapest, Praga, Australia... ya sabes, todos esos lugares. Así que rechacé muchos trabajos", dijo Oldman sobre las dificultades que atravesó hace un par de años y cómo tuvo que decir que no a muchos proyectos. Por fortuna, el mundo mágico de J.K. Rowling y el Hombre Murciélago de Christopher Nolan llegaron justo a tiempo para impulsarlo.
"Gracias a Dios por 'Harry Potter'. Gracias a Dios por las dos, 'Batman' y 'Harry Potter'. Me salvaron, porque significaba que podía hacer la menor cantidad de trabajo por la mayor cantidad de dinero y luego estar en casa con los niños", dijo Oldman sobre cómo ambas franquicias le permitieron hacer lo que más le gustaba sin sacrificar el tiempo con sus hijos. Las cosas marcharon aún mejor en los siguientes años para el actor y en 2018, gracias a su papel como Winston Churchill en Las horas más oscuras, el británico ganó el Premio Oscar en la categoría de Mejor Actor. En la trilogía de Batman, Oldman interpretó a James Gordon, mientras que el actor hizo su debut en Harry Potter y el prisionero de Azkaban como Sirius Black.