Julia Roberts, la actriz con una de las sonrisas más icónicas de Hollywood, acaba de estrenar su película más reciente en el gigante del streaming. Junto a Ethan Hawk y Mahershala Ali, la actriz de Comer, rezar, amar protagoniza Dejar el mundo atrás. Tras un par de días luego de debutar en el catálogo de Netflix, la cinta se convirtió en la más vista de toda la plataforma de streaming, por encima de otras como Leo y Viaje todo robado.
Basada en el libro del mismo título del escritor Rumaan Alam, en Dejar el mundo atrás, Hawke y Roberts interpretan a un matrimonio que se va de vacaciones a un rincón remoto de Long Island junto a sus hijos adolescentes. Sin embargo, cuando sucede un repentino apagón, los propietarios de la casa que han alquilado regresan aterrorizados. Ahora, las dos familias, desconocidas entre sí, se ven obligadas a estar juntas en la casa, forzadas a compartir el espacio, algo que muy probablemente terminará saliendo mal.
Con una larga carrera, Roberts ha trabajado con otros famosos cineastas, entre ellos, el de Steven Spielberg. Tras participar en una de las cintas del aclamado director, Spielberg juró que jamás volvería a trabajar con la actriz de La boda de mi mejor amigo. La experiencia no fue buena para ninguno de los dos, y aunque la película en la que compartieron tuvo mucho éxito, ésta marcó la última vez en que Julia Roberts y el director de E.T., el extraterrestre estuvieron juntos en un mismo proyecto.
Roberts se ganó el apodo de "Campanita" por su comportamiento supuestamente horrible en el set de Hook (El capitán Garfio). En ese entonces, Roberts sólo tenía 23 años y estaba comprometida con otro actor, Kiefer Sutherland. Durante el rodaje, la actriz descubrió que Sutherland presuntamente la había engañado antes de su boda con una bailarina exótica. Por otro lado, se rumoraba que Roberts había engañado a Sutherland con otra persona poco antes de la boda. Pronto, el tema se convirtió en el favorito de la prensa, haciendo los días de Roberts difíciles de enfrentar.
Las presiones de la vida personal de Roberts fuera de la pantalla terminaron por afectar sus días de trabajo generando complicaciones con el resto del elenco y el equipo. Todo esto provocó fricciones en el set con Roberts ganándose el sobrenombre de "Campanita". Los malos modales de Julia en el set se atribuyeron a sus dificultades sentimentales, e incluso Spielberg habló de la dura situación en una entrevista.
El director calificó como un "momento desafortunado" trabajar con Roberts y, aunque elogió su actuación, Spielberg expresó que estaba en contra de la idea de volver a trabajar con ella. Roberts se sintió herida por los comentarios de Spielberg y lo dio a conocer en una entrevista con Vanity Fair. Ella recordó lo "difícil" fue escuchar a Spielberg decir eso sobre ella mientras filmaba una película donde atravesaba un momento complicado en su vida. Se desconoce si Roberts y Spielberg todavía están en "malos término" al día de hoy.