Si hay una película que sobresale en el cine de gángsters y sobre drogas, definitivamente es Scarface. Aunque la versión de 1983 fue tan solo un remake de la cinta Cara cortada, dirigida por Howard Hawks en 1932, esta nueva realización a cargo de Brian De Palma se coronó como una de las cintas más icónicas del género e inmortalizó a su actor principal en un segundo personaje, que de por sí era una tarea complicada al hablar de superar a Michael Corleone.
Protagonizada por Al Pacino en el papel de Tony Montana, la cinta de crimen y suspenso impactó por su tono violento y por la interpretación del actor italo-estadounidense, a quien todo mundo recordaba por sus protagónicos en El Padrino y El Padrino II. En esta versión no se contaba la historia de Antonio Camonte –quien evocaba la vida de Al Capone– sino la del refugiado cubano que rápidamente se convierte en un narcotraficante en el territorio de Miami.
También presentando a Steven Bauer, Michelle Pfeiffer, Elizabeth Mastrantonio y Robert Loggia, Scarface estrenó hace cuatro décadas de la mano del estudio Universal Pictures y fue todo un éxito en taquilla, aunque en un inicio fue recibida con desdén por su retrato de las drogas, violencia en exceso y su tono vulgar. No importa que no la hayas visto, seguramente te has cruzado alguna vez con la escena en la que Al Pacino grita “Say hello to my little friend!” mientras asesina a decenas de personas con una metralleta.
Con un guion de Oliver Stone, esta producción cinematográfica causó controversia entre la comunidad de inmigrantes cubanos, pues se les dejó ver como criminales gracias a la figura de Tony como un poderoso narcotraficante en la que constantemente se le pinta como un individuo violento y ambicioso, y que con frecuencia está bajo la influencia de sustancias. A lo largo de la película vemos al también actor de Había una vez en Hollywood inhalando droga, pero ¿en realidad fue así?
Tras su lanzamiento se desarrolló un mito alrededor del uso de drogas en el largometraje, provocando que algunos creyeran que el ganador del Oscar por Perfume de mujer realmente estaba drogado con cocaína, pero la verdad es que no sucedió de dicha manera. Lo que supuestamente se usaba para simular la droga era leche en polvo, aunque el también director de Carrie jamás ha confirmado dicha información; sin embargo, incluso ese elemento afectó la salud de Pacino.
El protagonista de Fuego contra fuego reveló que tras inhalar la leche en polvo ha tenido problemas con sus fosas nasales. “Incluso después de muchos años, he tenido molestias ahí; no sé qué le pasó a mi nariz, pero no es la misma”, reveló el legendario actor. ¿Será cierta su declaración? Scarface se proyecta en cines por su 40 aniversario y si deseas verla en la pantalla grande, aquí puedes consultar las funciones disponibles para tu complejo favorito.