Napoleón, la más reciente epopeya histórica dirigida por Ridley Scott, se erige como un testimonio visual monumental de la carrera militar y política del icónico comandante y emperador francés. En esta película, del director británico, conocido por su enfoque ambicioso y grandilocuente, regresa a la fórmula que lo ha caracterizado en películas anteriores como Gladiador, Cruzada y El último duelo, desafiando una vez más las convenciones del rigor histórico.
La película, que ya se encuentra en las salas de Cinépolis y Cinemex, está protagonizada por Joaquin Phoenix como el famoso gobernante Napoleón Bonaparte, cubriendo sus orígenes, su insaciable sed de poder que lo inspiró a emprender muchas campañas militares y su eventual caída, al mismo tiempo que describe su volátil y obsesivo romance con Joséphine de Beauharnais, mejor conocida como la emperatriz Joséfina, interpretada con talento y vehemencia por Vanessa Kirby.
Celebrada por su sorprendente presencia en la pantalla, la actriz inglesa ha sido una revelación a lo largo de la última década, saltando a la fama gracias a su trabajo teatral en Inglaterra antes de convertirse en una estrella internacional con su papel de la princesa Margarita en la exitosa serie The Crown. A medida que su carrera ha evolucionado continuamente, Kirby se ha convertido en una importante actriz de la pantalla grande, como lo atestigua su impresionante filmografía.
Hasta la fecha, Kirby ha acumulado elogios por su versatilidad actoral, transitando exitosamente por una variedad de géneros cinematográficos. Desde destacadas participaciones en relatos de ciencia ficción como El destino de Júpiter hasta exitosos filmes de acción como Misión: Imposible - Repercusión, Kirby ha demostrado su destreza en distintos registros. Una de sus interpretaciones más destacadas, presente en el catálogo de Netflix, se encuentra en un drama desgarrador que le valió merecidas nominaciones como Mejor Actriz tanto en los Oscar como en los BAFTA.
'Fragmentos de una mujer', disponible en Netflix, es la mejor actuación de Vanessa Kirby
Fragmentos de una mujer, dirigida por el cineasta húngaro Kornél Mundruczó, abre con un largo prólogo -de casi 30 minutos- en el que la protagonista Martha (interpretada por Kirby) está próxima a dar a luz en casa, asistida por su esposo Sean (Shia LaBeouf) y una partera (Molly Parker). Esta secuencia -rodada en un único y elaborado plano que el equipo de producción tardó 48 horas en confeccionar- alterna momentos de tensión con suspensiones poéticas casi en tiempo real; son imágenes sobre el dolor físico, con la cámara apretando los rostros de los tres personajes hasta un desenlace dramático: el niño nace, pero muere momentos después.
A partir de ahí comienza la revisión de todo un año en la vida de Martha y Sean, personajes que intentan -cada uno a su manera- reconstruir las piezas de su historia. Esos pedazos, esos fragmentos del título, hacen referencia a la protagonista, pero también son los de una niña que nunca nació realmente y se redujo a granos de arena para ser arrojados desde el puente. Como también ocurre en otros desgarradores relatos, por ejemplo La habitación del hijo de Nanni Moretti, el duelo marca el final de una relación que parecía muy sólida e introduce un cambio en todos los personajes involucrados.
La película es, además, una especie de diario personal y conmovedor que trasciende la pantalla. La conexión profunda con la trama proviene del director Mundruczó y su pareja, la talentosa actriz y guionista Kata Wéber, quienes atravesaron personalmente experiencias similares. Esta película no solo se erige como un ejercicio de autoterapia para la pareja, sino que también ofrece una ventana a su intimidad. La sinceridad y apertura con la que plasman sus vivencias en la narrativa la convierten en una obra cinematográfica conmovedora y genuina.